Los diferentes informes técnicos realizado en la farola de Bunyola que el 31 de agosto de 2014 provocó la muerte del joven de 18 años David Grimaldos González revelan "una absoluta dejadez de los más elementales deberes de cuidado por parte de Jaime Isern", el exalcalde de la localidad. Este argumento lleva a la representante del ministerio público a considerar que podría ser acusado de un delito de imprudencia grave con resultado de muerte, por lo que rechaza la petición de sobreseimiento de la causa solicitada por la defensa del exalcalde.
Se trata de una de las respuestas que la fiscalía da a una providencia anterior del juzgado. En este escrito, fechado el 21 de septiembre, se resuelve también autorizar el restablecimiento de la iluminación pública en la urbanización de es Garrigó, cuyas calles están a oscuras desde la noche del accidente.
Uno de los apartados del escrito de fiscalía responde a la la petición del exalcade de Bunyola, Jaime Isern, del sobreseimiento de la causa contra él, o en caso contrario, que el hecho se considere una falta. La fiscal se opone a las dos alternativas, ya que entiende que los hechos podrán ser calificados como un delito de imprudencia grave con resultado de muerte.
Para argumentar esta decisión enumera brevemente los informes de la Dirección General de Industria, que mantiene que la anomalía de la farola que causó la muerte de David Grimaldos "no es reciente" y que "hay una falta clara de mantenimiento de la instalación eléctrica".
"El mal estado de conservación de la instalación y una clara falta de mantenimiento se refleja", según la fiscal, en otro informe realizado por el organismo de control APPLUS, en el que se describen "una serie de anomalías que se califican como graves en muchos elementos de la instalación eléctrica, como son el cuadro general, redes de alimentación, soportes de las luminarias, protección contra contactos y puestas a tierra". Todo ello refleja, a juicio de la fiscal, "una absoluta dejadez de los más elementales deberes de cuidado por parte de Jaime Isern, que como alcalde de Bunyola tenía que cumplir, en el mantenimiento de alumbrado público del municipio, no tratándose de un hecho circunstancial o aislado, sino que se ha prolongado a lo largo del tiempo".
Devolver la luz
En el mismo escrito la fiscalía responde a otras dos cuestiones planteadas por el juzgado. La primera trata sobre las posibilidad de restablecer la luz a las farolas de la barriada de es Garrigó. Esta zona se quedó sin iluminación pública desde el día del accidente, hace ya un año, cuando se detectó que había más farolas que presentaban deficiencias. El Ayuntamiento de Bunyola instaló unos focos provisionales para iluminar la calle Antoni Estarellas, donde ocurrió el accidente mortal, pero es Garrigó, en un extremo de la población, quedó a oscuras. La fiscalía da su visto bueno para que se restablezca la iluminación pública, aunque recalca que "se adopten las medidas de seguridad establecidas y bajo la vigilancia de los organismos competentes". Considera que, cuando ha pasado más de un año del siniestro y con las numerosas diligencias ya practicadas, no está justificado que los vecinos afectados continúen sin luz en la calle.
Sobre la otra cuestión planteada, la toma de declaración de dos testigos más propuestos por la familia de la víctima, que ejerce la acusación particular, la fiscalía considera que no es necesario, habida cuenta las numerosas declaraciones con que se cuenta.
