El cuñado del expolicía Francisco A.G., encarcelado por su implicación en el robo de 300.000 euros a punta de pistola en La Porciúncula, fue absuelto en el proceso judicial que acabó con el agente condenado a ocho años de prisión por una oleada de robos entre 2002 y 2005.

El hombre fue detenido y juzgado después de que en su domicilio apareciera una joya sustraída, pero la Audiencia Provincial consideró que no existían pruebas de que hubiera participado en los robos y decretó su absolución. El tribunal impuso nueve años de cárcel -que el Supremo dejó después en ocho- al expolicía, seis años y medio a uno de sus compinches y tres años a un tercer implicado, mientras que el cuñado quedó absuelto.