Catorce miembros de una red de narcotraficantes aceptaron ayer penas que suman 58 años y nueve meses de prisión por vender drogas en bares y discotecas de Magaluf. Los procesados, trece británicos y un español, admitieron en la Audiencia Provincial que durante el verano de 2014 distribuyeron importantes cantidades de cocaína, éxtasis, marihuana, anfetaminas, mefedrona y otras drogas de diseño a los turistas. Todos se declararon culpables de delitos contra la salud pública y de organización criminal.

Varios de ellos permanecen en prisión desde que la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil desarticuló la organización, en un gran operativo en el que participaron medio centenar de agentes, el 10 de septiembre de 2014. La banda actuaba en Magaluf al menos desde julio de ese año. Los cabecillas se encargaban de la introducción de los estupefacientes, que llegaban a la isla desde Inglaterra. En el enclave turístico de Calvià habían organizado un sistema de distribución de la droga, focalizado en dos locales de ocio nocturno, cuyos encargados y una camarera formaban parte de la red.

Estos tres procesados, entre ellos el único español de la banda, avisaban a los vendedores cuando detectaban que algún cliente quería comprar drogas. Además, garantizaban que en estos establecimientos solo se vendiera la mercancía de la red, ahuyentado a los posibles competidores. A cambio, recibían o bien estupefacientes gratis o un porcentaje de los beneficios.

Otros miembros de la banda se dedicaban a preparar las dosis, transportarlas a los puntos de venta, recaudar el dinero obtenido y mantener el contacto con los distribuidores finales. También se encargaban de buscar viviendas para utilizarlas exclusivamente como lugar de almacenaje y punto de venta de las drogas y de circular en coches lanzadera para detectar controles policiales cuando se transportaba la mercancía.

El líder de la red adoptaba diversas medidas de seguridad para evitar ser descubierto. Una de ellas consistía en guardar los estupefacientes en pisos distintos a su domicilio, que además utilizaba como puntos de venta a cuyo cargo estaban otros miembros de la organización.

La Guardia Civil encontró en los siete domicilios registrados en Magaluf, Son Caliu y Palmanova más de 350 gramos de cocaína, 1,8 kilos de benzilpiperacina (BZP) -un potente psicotrópico- y cantidades menores de hachís, marihuana y éxtasis.

Los catorce acusados reconocieron ayer su implicación ante el tribunal de la sección segunda de la Audiencia Provincial después de que la fiscalía y los abogados defensores alcanzaran un acuerdo de conformidad. El ministerio público rebajó sus peticiones de condena iniciales, de más de siete años de prisión para algunos de los procesados. Finalmente, todos se declararon autores de un delito contra la salud pública y diez de ellos, además, de otro delito de pertenencia a grupo criminal. A uno de los sospechosos se le apreció la circunstancia atenuante de drogadicción.

De este modo, cinco de los acusados se conformaron con sendas penas de cinco años de cárcel; otros cinco aceptaron condenas de cuatro años y tres meses; y los otros cuatro fueron condenados a tres años. Todos deberán abonaron también multas económicas.