La Audiencia Provincial ha condenado a un preso de la cárcel de Palma por agredir a su compañero de celda, que sufrió una fractura en la rodilla al caer al suelo tras recibir un empujón. El tribunal rebaja los dos años de reclusión que le impuso un juzgado de lo penal a doce días de localización permanente, al entender que el acusado no podía prever que causaría lesiones graves a la víctima.

Los hechos ocurrieron el 13 de julio de 2013 en la celda que ambos compartían en el centro penitenciario de la carretera de Sóller. Los reclusos se enzarzaron en una discusión durante la que uno de ellos dio un empujón al otro, que cayó al suelo y sufrió una fractura en la rodilla. La víctima tardó tres meses en recuperarse.

Un juzgado de lo penal condenó al autor de la agresión a dos años de prisión por un delito de lesiones y le ordenó que indemnizara a la víctima con 3.500 euros. El procesado recurrió el fallo ante la Audiencia Provincial, que ha rebajado ahora la condena al entender que al propinar el empujón no pretendía causar las graves lesiones que sufrió su rival. El tribunal considera así que los hechos constituyen una falta de lesiones en agresión y otra de lesiones por imprudencia leve, por las que le impone 12 días de localización.