La Guardia Civil tuvo ayer su particular día de limpieza. El grupo antidroga de la Benemérita culminó una de las más importantes actuaciones contra el narcotráfico de los últimos años, en la que se ha llevado por delante a una organización colombiana que controlaba la distribución de enormes cantidades de cocaína en Mallorca. La "operación Constante", fruto de casi un año de investigación, se ha saldado por ahora con la detención de 27 personas y la incautación de más de diez kilos de cocaína y unos 70.000 euros en efectivo. En la operación ha sido arrestado un agente de la Guardia Civil, en cuyo domicilio se intervinieron varias cantidades de sustancias prohibidas.

A lo largo de las pesquisas, desarrollada con gran sigilo desde el pasado mes de noviembre, los investigadores del Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) habían logrado identificar a una treintena de personas que integraban una de las redes de introducción y venta de cocaína más activas de Mallorca.

La mayor parte de ellos eran colombianos, entre ellos los cabecillas, que introducían partidas de cocaína de gran pureza enviados directamente desde su país. Una vez aquí, la droga era adulterada y se distribuía directamente a los consumidores en toda una serie de puntos de venta que la banda tenía en Palma, Sant Llorenç, Son Servera, Binissalem, Marratxí y Llucmajor. La organización tenía nexos en Madrid y Alicante.

Los ingentes beneficios que la banda obtenía con la adulteración de la droga y su venta directa a los consumidores permitían a los miembros de la banda llevar un elevado tren de vida. Así lo constataron los agentes del EDOA, que durante los últimos nueve meses mantuvieron una vigilancia discreta pero persistente sobre los sospechosos. Esta característica dio el nombre a la operación: Constante. Durante estos seguimientos los agentes se encontraron con una sorpresa desagradable. Un agente de la Guardia Civil presuntamente trabajaba para la banda y traficaba con ellos.

Asalto de madrugada

Una vez reunidas todas las pruebas, los investigadores decidieron reventar ayer la "operación Constante". Habían conseguido ubicar 20 domicilios de la banda, en Palma, Sant Llorenç, Son Servera, Binissalem, Marratxí, Llucmajor, Alicante y Madrid, donde se realizarían los registros con autorización judicial.

Para llevar a cabo esta última fase de la operación, con 18 registros prácticamente simultáneos, se movilizaron 140 guardias. Además del EDOA al completo hubo que echar mano del resto de grupos de la Policía Judicial, y los agentes de intervención de la Unidad de Seguridad Ciudadana de la Comandancia (Usecic). Contaban además con el apoyo aéreo del helicóptero del cuerpo.

A la Guardia Civil le gusta pillar a los sospechosos en la cama. A las seis y media de la mañana, los grupos de asalto derribaron las puertas de la mayor parte de los domicilios y los agentes, dispuestos en fila india y arma en mano, irrumpieron en su interior. En cuestión de segundos tenían a todos los presuntos narcos reducidos y esposados. Fuentes de la Guardia Civil confirmaron que no se encontraron con oposición ni se registró ningún incidente durante los allanamientos.

Diez kilos de cocaína

Los registros domiciliarios se prolongaron durante todo el día. Los datos provisionales de ayer por la tarde hablaban de 27 detenidos, la mayoría colombianos, aunque había también varios españoles, entre ellos el guardia civil. En total se habían intervenido a lo largo de la operación cerca de diez kilos de cocaína. Los agentes encontraron también seis kilos de sustancias de corte, así como balanzas y prensas utilizadas para adulterar la droga. También se incautaron de diversas cantidades de otras drogas, como heroína, hachís y anabolizantes.

Fueron intervenidos también de 70.000 euros en efectivo y una decena de vehículos de alta gama, propiedad de los arrestados. La operación seguía abierta, y no se descartaban más detenciones en las próximas horas.