Uno de los momentos más desagradables de la operación Constante fue cuando los investigadores descubrieron que había un agente de la Guardia Civil que presuntamente colaboraba con la organización de narcotraficantes, distribuyendo anabolizantes. Se trata de una sustancia ilegal, consumida entre determinados círculos de deportistas que pretenden ganar masa muscular. El guardia está destinado en uno de los grupos de la Comandancia y reside en Llucmajor. Durante la mañana de ayer varios agentes arrestaron a su compañero y posteriormente se llevó a cabo un registro en su casa.

Allí encontraron una gran cantidad de productos, al parecer anabolizantes, así como 500 gramos de hachís. Los investigadores no creen que el guardia actuara como un topo, facilitando información sensible a los narcos. Más bien parece que se limitaba a distribuir los anabolizantes entre su círculo de conocidos.