El tribunal del jurado declaró ayer no culpable a Francesc R.R., el expolicía local de la localidad ibicenca de Sant Josep acusado del homicidio de Karina Rosales, ocurrido el 11 de mayo de 2012 junto a una casa semiderruida en sa Caleta, situada en un paraje apartado en la carretera entre Sant Antoni de Portmany y Santa Àgnes, en Eivissa.

La víctima, de 39 años, que vivía acogida en el domicilio del acusado, con quien mantenía una relación desde hacía varias semanas, murió degollada después de haber sido golpeada en la cabeza con varias piedras.

A la hora de emitir su veredicto, el jurado consideró no probado que Francesc R.R. la matara, por mayoría de ocho a uno, "por no haber quedado demostrado que el acusado, de forma inequívoca fuera el autor" del homicidio. El tribunal popular también declaró en su resolución que "se desconoce quién o quiénes fueron los autores de la muerte de Karina Rosales".

Según expuso el jurado tras las deliberaciones, no existen "indicios concluyentes de que el acusado pudiera haberse desplazado a sa Caleta", el lugar donde mataron a la mujer.

Según el veredicto del jurado, "existe una imposibilidad material de poder determinar su culpabilidad, entendiendo que no se han seguido todas las vías de investigación posibles, habiendo surgido muchas dudas respecto a los datos aportados por los peritos forenses en cuanto a la data de la muerte".

A tenor de esta conclusión, el presidente del tribunal, el magistrado Juan Jiménez, disolvió el jurado y dictó una sentencia absolutoria 'in voce', por lo que el acusado quedará en libertad en los próximos días.

En la última jornada del juicio, celebrada el jueves, el fiscal pidió para el acusado en sus conclusiones definitivas una condena de 12 años de prisión por un presunto delito de homicidio. El representante del Ministerio Público también reclamó que el procesado pagara una indemnización de 200.000 euros a los padres de la víctima.

Mientras, la defensa del expolicía local de Sant Josep solicitó su absolución por considerar que no hay "ninguna prueba directa biológica ni material" para incriminarle.

Durante el juicio, el acusado negó en todo momento haber matado a la maquilladora Karina Rosales y afirmó en la sala: "Es una barbaridad que yo soy incapaz de hacer".