El fiscal mantuvo ayer su petición de una condena de 12 años de prisión para el acusado del homicidio de Karina Rosales, que fue degollada en Eivissa en mayo de 2012, y reclamó además que pague 200.000 euros a los padres de la víctima, mientras la defensa pidió su absolución y subrayó que no hay "ninguna prueba directa biológica ni material" para incriminarle.

Mientras, durante el turno de la última palabra, el acusado del homicidio de Karina Rosales arremetió ayer contra el entonces capitán de la guardia civil que dirigió la investigación del crimen, con el que concluyó ayer por la mañana el juicio ante un tribunal del jurado en la Audiencia de Palma.

"El capitán don Bartolomé del Amor es el más incompetente que ha pisado Balears y lo puedo demostrar", dijo F.R.R. sobre el instructor del caso, ante el tribunal del jurado que se reunió ayer por la tarde para deliberar el veredicto.

El capitán, actual comandante, declaró como testigo el pasado martes, en la segunda jornada del juicio, y explicó que "el punto de inflexión" que llevó a los investigadores a considerar al acusado sospechoso fue que les contó que el cadáver estaba tapado con tablones, un detalle de la escena del crimen que no se había hecho público y "que solo podía conocer el autor del hecho".

Sobre el hecho de que no se hubieran encontrado huellas del acusado en el lugar del crimen ni ninguna evidencia, el fiscal Mario López apuntó a la posibilidad de que destruyera pruebas: "Es policía, no es tonto y sabe cómo funciona esto".

El Ministerio Público recalcó que en la investigación "no se encontró ni la ropa que llevaba el acusado el día de los hechos, ni el arma homicida, ni el bolso de Karina, ni su Blackberry, ni el calzado de Karina" y dijo sobre F.R.R. que "tuvo tiempo más que de sobra para deshacerse de ello desde el 11 de mayo hasta que se le detuvo el 21 de julio. Demasiado tiempo para quitarse de en medio pruebas", aseguró.

El acusador público relató en su informe final lo que creía que ocurrió el día del suceso: que el acusado llevó a la mujer a sa Caleta, a una casa semiderruida y apartada en la carretera PM-802 donde discutieron, la agredió con un objeto cortante y ella salió huyendo. Luego la alcanzó y la golpeó en reiteradas ocasiones con unas piedras, ocasionándole una herida en la cabeza de seis centímetros, otra de 3,3 centímetros y una contusión.

Según el fiscal, posteriormente "con ánimo de arrebatarle la vida, le hizo una amplia y profunda incisión de 10 centímetros en el cuello que lesionó la tráquea e importantes vasos venosos", que finalmente supusieron el fallecimiento de la mujer.

El fiscal puso en duda la versión que dio el acusado de que dejó a la mujer en un bar de Eivissa sobre las siete de la tarde y relató que la ubicación de los repetidores de móvil y varias cámaras de seguridad desvelaron un vacío de una hora y cuarto en la que no se ubicó ni al acusado ni a la víctima y que coincidía con la posible hora de la muerte de la mujer.