Los sindicatos policiales consideran que la brutal agresión que sufrió un agente hace unos días a manos de un recluso en el hospital Son Espases se podría haber evitado. En concreto, las organizaciones sindicales culpabilizan a la cúpula de la Jefatura de Policía de Balears por no haber suscrito el protocolo de actuación de los agentes y el personal sanitario al tratar con detenidos. De hecho, estudian interponer una querella contra los mandos.
El servicio de prevención del Ib-salut suscribió el pasado mes de octubre de 2014 un protocolo de actuación conjunta en la Unidad de Detenidos del hospital Son Espases. Sin embargo, los mandos de la Policía Nacional se negaron a ratificar dicho protocolo.
A juicio de los distintos sindicatos policiales, si la cúpula hubiera suscrito este compromiso, se podría haber impedido que un recluso internado en el hospital pudiera haber atacado a un policía en Son Espases.
Entre las medidas que establece este protocolo de actuación en la Unidad de Detenidos, prohíbe terminantemente que el personal sanitario entre solo a las habitaciones de estos pacientes considerados muy peligrosos. El acuerdo determina que deben ir siempre acompañados por un policía encargado de su custodia.
Los sindicatos consideran que, de haberse cumplido a rajatabla este protocolo, se podría haber evitado o minimizado el violento ataque que sufrió el agente en el área de psiquiatría del hospital destinada a los reclusos.
La agresión al funcionario se produjo la madrugada del pasado viernes en el hospital Son Espases. Al parecer, una enfermera entró en la habitación donde se encontraba un recluso de origen senegalés, de 32 años, que cumplía condena por robo con fuerza y lesiones. El interno ya tenía numerosos antecedentes violentos en su haber.
Al parecer, la enfermera entró de madrugada en la habitación y el recluso se abalanzó sobre ella con la intención de estrangularla. Ella se zafó momentáneamente del ataque y el veterano policía, de 60 años, acudió en su auxilio.
El recluso se comportó de manera extremadamente violenta y propinó una fuerte patada al policía que le hizo golpearse la cabeza contra el quicio de la puerta. El fuerte impacto le dejó inconsciente. Su compañero entró en la estancia y logró reducir al interno.
El agente herido, por su parte, fue ingresado en la UCI del hospital. Allí permanece sedado con un traumatismo craneoencefálico severo. Aunque en los últimos días ha experimentado una leve mejoría.
"Esta agresión se podría haber evitado si hubiesen dotado al agente con armamento no letal. Lo habría podido reducir sin riesgo", indicó ayer el secretario del Sindicato Unificado de Policía (SUP) en Balears, Manuel Pavón.
Así, el secretario en las islas de este sindicato policial reclamó que se facilite a los agentes una pistola eléctrica táser para reducir a determinados sujetos violentos. "Si el policía hubiese dispuesto de esta arma, y hubiese recibido la formación necesaria, no se hubiera producido este hecho", recalcó. La Unión Federal de Policía (UFP) y la Confederación Española de la Policía (CEP) también reclaman estas medidas.
Retirada de bridas
A raíz de la agresión a este policía en el hospital Son Espases, Pavón anunció que la organización sindical está estudiando interponer acciones judiciales. Por un lado, contra el mismo centro sanitario si la actuación del médico que ordenó quitar las bridas que sujetaban al violento recluso a la cama se demuestra que fue irregular.
El sindicato policial también contempla interponer una querella contra la cúpula por no suscribir el protocolo de acciones conjuntas en el hospital.
El violento ataque que sufrió la madrugada del pasado viernes un veterano agente de la Policía Nacional en la Unidad de Detenidos de Son Espases ha supuesto una profunda conmoción en el Cuerpo. Otro tanto ha ocurrido entre el personal sanitario, ya que la enfermera fue la primera atacada. Agentes del Grupo de Homicidios han abierto una investigación para esclarecer las circunstancias que rodearon la agresión.
