La organización ecologista GOB lleva tiempo reclamando que se prohíba la caza durante un periodo de cinco años en las zonas incendiadas, como han hecho comunidades como Cataluña, Valencia o Murcia. Según el GOB, las actividades cinegéticas son la principal fuente de aprovechamiento de Son Doblons, situación que pone en riesgo a las especies de la zona tras un incendio forestal.

La finca de Son Doblons, situada entre Petra y Santa Margalida, cuenta con importantes poblaciones de tortugas mediterráneas, perdices y tordos. En el verano de 2010, dos incendios intencionados arrasaron 140 hectáreas en apenas dos semanas. Este año son ya 57 las hectáreas que han ardido.