La finca Son Doblons, en Petra, volvió a ser ayer pasto de las llamas. Un nuevo incendio intencionado, con dos focos y muy cerca de la zona que ardió hace dos semanas, arrasó otras 25 hectáreas de garriga. Cinco medios aéreos, brigadas terrestres y dotaciones de tres parques de bomberos trabajaron durante horas hasta conseguir frenar el avance de las llamas. La carretera entre Petra y Son Serra de Marina, que discurre junto a la finca, quedó cortada al tráfico. La Guardia Civil intenta aclarar ahora quién prendió fuego al paraje.

Las llamas fueron descubiertas al filo de las dos de la tarde, cuando varias llamadas alertaron a los servicios de emergencias. El 112 dio aviso al Institut Balear de la Natura (Ibanat) y a los Bombers de Mallorca, que se movilizaron de inmediato. Las condiciones eran muy propicias para que el fuego se extendiera con rapidez: viento fuerte, altas temperaturas y una extensión de vegetación muy densa y seca. De hecho, el nivel de riesgo de incendios forestales era extremo en esa zona para toda la jornada. Los equipos de emergencias descubrieron pronto que se trataba de un incendio intencionado, ya que se detectaron dos focos diferentes situados a varios metros de distancia.

La conselleria de Medio Ambiente movilizó tres aviones, dos helicópteros y varias brigadas terrestres, mientras los Bombers de Mallorca desplazaron a sus dotaciones desde los parques de Manacor, Artà y Llucmajor. La Guardia Civil de Tráfico optó por cerrar completamente a la circulación la carretera que transcurre junto a Son Doblons -la MA-3330 entre Petra y Son Serra de Marina- tanta para evitar riesgos a los conductores como para facilitar la labor de los equipos de emergencias.

El ataque ampliado que llevaron a cabo el Ibanat y los Bombers empezó a dar sus frutos tras dos horas y media de trabajos. A las cinco menos cuarto de la tarde, el incendio se dio por estabilizado, paso previo a la declaración de controlado. Las primeras estimaciones cifraban en 25 las hectáreas de garriga afectadas por el fuego, aunque los técnicos tenían previsto realizar mediciones más precisas cuando las llamas quedaran completamente sofocadas.

El de ayer fue el segundo incendio que afecta a la finca de Son Doblons en las últimas dos semanas. El pasado día 5, otro fuego arrasó 22,2 hectáreas de pinar y generó cierta alarma por la proximidad de las llamas a las casas de la possessió, aunque finalmente se comprobó que no había nadie en ellas porque están en obras. Ambos fuegos han sido los más importantes de la temporada de riesgo en Mallorca, con más de 57 hectáreas quemadas en total. La Guardia Civil sospecha que ambos fueron provocados de forma intencionada y ha abierto una investigación.