Guerra a las falsificaciones en Palma. Una veintena de agentes de la Guardia Civil y el Servicio de Vigilancia Aduanera se incautaron ayer de miles de productos fraudulentos en cinco bazares chinos de la ciudad. Los investigadores, acompañados por inspectores de Trabajo y Consumo, registraron los establecimientos a lo largo de la mañana e inspeccionaron tanto las mercancías que se vendían como las condiciones laborales de los empleados. Los responsables de las tiendas quedaron imputados por delitos contra la propiedad intelectual, aunque el operativo continúa abierto.
Según explicaron fuentes del instituto armado, las mercancías quedaron precintadas en los comercios y solo se retiraron unas muestras. Estas serán remitidas a las marcas afectadas para que certifiquen que se trata de productos falsificados, algo que podría demorarse varias semanas.
La operación llevada a cabo ayer es fruto de una investigación realizada por la Patrulla Fiscal y de Fronteras (Pafif) de la Guardia Civil y el Servicio de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria. Los agentes tenían sospechas de que en varios establecimientos de la barriada de Pere Garau y el polígono de Son Castelló se distribuían productos falsificados de prestigiosas marcas, como relojes y prendas de ropa, así como mercancías que no cumplían las medidas de seguridad marcadas por la Unión Europea. El material habría sido introducido en Mallorca de forma clandestina, sorteando los controles que se realizan a los contenedores que llegan al puerto de Palma.
Ayer por la mañana, los investigadores acudieron a los cinco establecimientos sospechosos, tres de ellos comercios situados en la calle Arquebisbe Aspàreg y los otros dos grandes almacenes en el polígono de Son Castelló. Los agentes sospechan que estos últimos abastecían de productos fraudulentos a comerciantes de toda Mallorca.
Un investigador de Aduanas, ante uno de los locales. JAVIER MORANTA
Los establecimientos fueron inspeccionados a fondo en busca de este tipo de mercancías y los inspectores de Trabajo y Consumo solicitaron a los comerciantes toda la documentación relativa a los contratos laborales de los trabajadores y el origen de los productos que vendían.
El operativo se prolongó hasta entrada la tarde y se saldó con la incautación de miles de camisetas, bolsos, gafas de sol, efectos de bisutería, cinturones y perfumes que imitan a los de conocidas marcas. También se encontraron objetos que incumplían las normativas de seguridad que marca la legislación europea.
Los investigadores optaron por inmovilizar los productos en los establecimientos y llevarse algunas muestras, que serán remitidas ahora a las firmas afectadas por el fraude para que confirmen que se trata de falsificaciones. Los responsables de los establecimientos quedaron imputados por un delito contra la propiedad industrial.
