Un hombre de 42 años falleció ayer al ser arrollado por un tren entre Petra y Manacor. La víctima, que saltó a las vías tras sortear las vallas que las protegen, fue atropellada por un convoy que circulaba a unos 100 kilómetros por hora y arrastrada a lo largo de 150 metros. Murió en el acto. Los 60 pasajeros que viajaban en el tren resultaron ilesos y fueron transbordados a otro con ayuda de los bomberos. El tráfico quedó cortado entre las dos localidades durante unas cinco horas y Serveis Ferroviaris de Mallorca (SFM) fletó autobuses para los usuarios afectados. La Guardia Civil y la jueza de guardia de Manacor inspeccionaron la zona a conciencia y abrieron una investigación. Todo apunta a que el hombre se metió en las vías con la intención de ser arrollado.

Los hechos ocurrieron al filo de las seis y media de la mañana. El maquinista de un tren que había partido minutos antes de la estación de Manacor y se dirigía hacia Palma vio cómo un hombre salía de entre unos matorrales y se adentraba en las vías. El convoy circulaba en ese momento a unos 100 kilómetros por hora y el trabajador no pudo evitar arrollarlo, tras lo que alertó a los servicios de emergencias a través del 112.

Al lugar, a la altura del kilómetro 58,8, acudieron de inmediato varias ambulancias del 061, una dotación de los Bombers de Mallorca, patrullas de la Guardia Civil y efectivos de Protección Civil. Los efectivos sanitarios no pudieron más que certificar el óbito del hombre y comprobaron que ninguno de los 60 pasajeros del convoy estaba herido. Serveis Ferroviarios envió al lugar un tren de socorro y, con la ayuda de los Bombers, todos los usuarios fueron transbordados para continuar su viaje hasta Palma.

El siniestro fue comunicado al juzgado de guardia de Manacor y la magistrada se desplazó al lugar para llevar a cabo una inspección ocular junto a la Guardia Civil antes de autorizar el levantamiento del cadáver. El tráfico ferroviario entre Petra y Manacor quedó así cortado, afectando a varios trenes que debían circular por ese punto. Serveis Ferroviaris puso autobuses a disposición de los pasajeros afectados para que pudieran realizar el trayecto.

Los investigadores recabaron pruebas durante varias horas y encontraron un documento identificativo que permitió averiguar que la víctima era un vecino de Palma de 42 años. Según las pesquisas, el hombre se habría colado en las vías a través de alguno de los agujeros abiertos en las vallas que delimitan la zona de paso de los trenes. De los indicios hallados y del testimonio del maquinista, que fue interrogado por la Guardia Civil, se desprende que el hombre pretendía ser arrollado por el tren.

La situación se normalizó a mediodía, cuando la jueza autorizó el levantamiento del cadáver, trasladado al Instituto de Medicina Legal para practicar la autopsia, y la vía quedó despejada.