El sistema no funcionó. La carta que Sara Calleja envió a la jueza es contundente: "Mi vida estaba en sus manos, señora juez, y, sin embargo, parecía que cada vez que lo denunciaba, aburría". Su hijo, en declaraciones a El Mundo, asegura: "Si el acoso se hubiera parado hace un año, no se habría llegado a esto".

"Justicia, por favor"

En la familia de Sara se ha instalado la sensación de fracaso del sistema y reclaman justicia. Su hija Andrea escribió anteayer en su muro de Facebook: "Hace tiempo que ya no hay palabras, y pocas me pueden salir, todo habla por sí solo. Justicia, por favor".

La hija de Sara descarga su impotencia en las redes sociales: "Acoso y derribo durante años, maltrato, amenazas, coacciones a toda la familia, desamparo, visitas regulares a asociaciones, Policía, ¿abogados para qué?".

Andrea también se dirige directamente al hombre que hizo a su madre la vida imposible hasta el extremo: "En la distancia tú y solo tú la empujaste, porque hasta el último día seguiste acosándola". "Era mi madre, merecía y merece justicia, y por ella logramos seguir y articular palabra. Basta de silencio", señala Andrea. "El 11 de julio nuestras vidas se rompieron para siempre, un vértigo permanente se ha instalado en mí, nos han jodido la vida, y aún entre la pesadilla y la realidad vas sin aire recorriendo los días, preguntándote por qué, por qué nadie la ayudó", añade la hija de Sara Calleja.

El caso está en los juzgados y puede que ahora se investigue más a fondo. Es posible que Christian C. acabe recibiendo nuevas citaciones judiciales.