Cebos de carne emponzoñados con productos para eliminar plagas de caracoles. La Guardia Civil ha imputado a una pareja el uso de este procedimiento para el envenamiento de al menos ocho perros en la localidad de Santa Eugènia. Se les atribuye la comisión de un delito de caza y ocho de maltrato animal.

La investigación de los agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil se remonta al pasado mes de marzo. Los expertos del instituto armado recibieron entonces una denuncia por el envenamiento de dos perros en una finca de Santa Eugènia. Uno de los canes murió y el otro quedó en estado muy grave.

El Seprona recibió unos días después una denuncia muy similar. En una finca muy próxima a la anterior, se había producido la muerte por envenamiento de otros dos perros. Un fallecimiento ocurrió el pasado mes de febrero y el otro en marzo.

A raíz de estos hechos, los agentes del Seprona iniciaron una investigación exhaustiva con apoyo de un perro especializado en la detección de cebos envenenados. Los agentes de la Guardia Civil, acompañados por el can, rastrearon el terreno hasta que encontraron carne emponzoñada, del tamaño de una pelota de golf, que fue recogida y analizada.

El cerco se fue estrechando hacia el supuesto envenenador de perros. Agentes, con apoyo de especialistas, realizaron una minuciosa inspección en la finca donde se habían hallado anteriormente los cebos de carne envenenados.

Los investigadores encontraron en la parcela productos fitosanitarios descatalogados y alimento para animales que supuestamente podría estar relacionado con los cebos envenenados. También hallaron los componentes del veneno en pesticidas destinados al control de plagas de caracoles.

Con todos estos datos, los agentes del Seprona imputaron a una pareja por el envenamiento de ocho perros en los últimos meses. Se da la circunstancia de que el hombre ya fue condenado por la Audiencia Provincial por maltrato animal.