La juez de guardia ordenó ayer el ingreso en prisión preventiva de Jaume S.F., el hombre de 38 años acusado de degollar a su exnovia, Gemma Vich, de 33, el viernes de madrugada en Sant Jordi. Le imputa delitos de homicidio o asesinato con la agravante de parentesco y allanamiento de morada. El sospechoso fue interrogado en el hospital Son Espases, donde permanecía ingresado tras intentar suicidarse en la comisaría de Policía horas después del crimen. En cuanto reciba el alta médica será conducido al centro penitenciario. En su declaración ante la magistrada, el acusado insistió en que cuando ocurrieron los hechos estaba bajo los efectos del alcohol y otras drogas.

El presunto autor del crimen fue conducido a Son Espases tras un altercado en los calabozos la Jefatura de Policía el viernes por la tarde. El sospechoso se mostró muy alterado y se autolesionó. No sufrió lesiones de consideración, pero los agentes decidieron trasladarlo al hospital por temor a que intentara quitarse la vida. Los médicos no le dieron el alta, por lo que una comisión judicial se desplazó ayer por la tarde al centro sanitario para interrogarlo.

El sospechoso ya había pasado por el hospital justo después de ser detenido en el lugar del crimen. El hombre fue hallado junto al cadáver de la víctima, aparentemente ebrio o drogado y semiinconsciente. La Policía temía que hubiera tomado algo para quitarse la vida y Jaume S.F. fue sometido a un reconocimiento médico. Los facultativos comprobaron que estaba bien y a primera hora de la mañana del viernes el hombre fue trasladado a la Jefatura de Policía. Los investigadores creen que fingió estar bajo la influencia de alguna sustancia para intentar minimizar su responsabilidad en la muerte de su excompañera sentimental.

Unas horas después, el sospechoso comenzó a mostrarse muy alterado y nervioso y se autolesionó en los calabozos, propinándose golpes contra las paredes. Los agentes lograron reducirlo y evitaron que sufriera lesiones graves, pero de nuevo fue trasladado a Son Espases, en cuya unidad de detenidos quedó ingresado. El acusado anunció que si lo sacaban del hospital volvería a autolesionarse y los facultativos consideraron que existía riesgo de que intentase suicidarse, así que optaron por no darle el alta a pesar de que su estado físico era bueno.

Esta circunstancia impidió que el presunto autor del crimen fuera presentado ayer por la tarde en los juzgados, como estaba previsto. Así, una comisión judicial con la magistrada de guardia a la cabeza se desplazó por la tarde a Son Espases para tomar declaración al acusado.

El grupo de Homicidios de la Policía Nacional considera que el caso está completamente resuelto, pero continúa realizando gestiones para aclarar algunos extremos. Los agentes intervinieron en la vivienda donde ocurrieron los hechos, en el número 115 del Camí de Sant Jordi, los teléfonos móviles de Gemma Vich y Jaume S.F. para analizar si se intercambiaron mensajes o llamadas en las horas previas al crimen. Los investigadores no creen que se hubieran citado y apuntan a que el acusado apareció por sorpresa en el domicilio de su exnovia, que a mediados de julio había puesto fin a la relación que mantenían desde hacía casi dos años.

Según las pesquisas, el hombre llegó a la zona en su vehículo y lo estacionó a unas calles de distancia, cuando habitualmente lo hacía en la misma puerta. Lo dejó mal aparcado y de hecho la grúa municipal tuvo que retirarlo el viernes por la tarde porque obstaculizaba el paso.

Los investigadores han comprobado que Jaume S.F. no forzó ninguno de los accesos a la casa e intentan aclarar cómo entró. Una vez dentro, se dirigió a la cocina y cogió un gran cuchillo. Gemma Vich fue atacada en su dormitorio e intentó repeler la agresión, sufriendo entonces varios cortes en los brazos antes de ser degollada y morir desangrada casi en el acto.

Su propia madre, que vive en la planta baja de la casa, la escuchó cuando agonizaba. Pensó que estaba vomitando por una indisposición y la llamó por teléfono, pero no obtuvo respuesta. Cuando subió al piso de su hija para interesarse por ella, la encontró tumbada en el suelo, sobre un gran charco de sangre. A su lado yacía Jaume S.F., que parecía dormitar.