"Él me insistió en que fuera a su casa. Yo le dije que no podía quedar con él porque tenía muchas cosas por hacer. Al final me indicó que tenía el ordenador estropeado y que sería una cosa rápida. Entonces, fui a su domicilio. Después de entrar en la casa y empezar a arreglar el ordenador, él me atacó. Hubo una lucha constante. Lo aparté contra la pared para que soltara el cuchillo e intenté escapar por la puerta en más de una ocasión. Pero él me lo impedía con el pie. Yo estaba cagado del susto. Sentía frío, calor, escalofríos; eso recuerdo". Willi Fernando C.I., acusado de asesinar a cuchilladas a un joven amigo, el supuesto amante de su mujer, en abril de 2013 en Maó, alegó ayer ante un jurado popular que actuó en legítima defensa.

"Me arrepiento de lo que sucedió", añadió el sospechoso, de 36 años y de origen colombiano, durante la primera sesión del juicio en la Audiencia de Palma. "Estoy seguro de que salvé la vida", aseguró el imputado, que únicamente respondió a las preguntas de su abogado defensor. El hombre manifestó que sospechaba que la víctima, Mohamed, de 23 años, estaba con su esposa. "Él estaba obsesionado con ella", apuntó. "Le pedí a mi mujer que cortara la relación con él", agregó. El supuesto asesino admitió ser una persona celosa y recordó haber tenido un comportamiento violento por este motivo en ocasiones anteriores.

El fiscal solicita para Willi Fernando C.I. una condena de 19 años de prisión por un delito de asesinato con alevosía, además de una indemnización total de 175.000 euros para los padres y la esposa del fallecido. El letrado de la acusación particular, en representación de la hermana de la víctima, reclama 22 años. Mientras, el abogado defensor pide la libre absolución al considerar que concurre la eximente de legítima defensa y otra eximente de alteración psíquica paranoide.

El ministerio público mantiene que el pasado 16 de abril de 2013, sobre las cinco de la tarde, el acusado atacó de forma sorpresiva al joven en Maó con dos cuchillos al sospechar que mantenía una relación sentimental con su esposa.

Sin embargo, el imputado ayer indicó que hubo un forcejeo y una pelea antes del apuñalamiento. El supuesto asesino reconoció estar en forma al ser árbitro profesional de fútbol. Según su versión, la víctima era posesiva, dominante e impulsiva y tenía un comportamiento extraño. Había estado en su casa unas cien veces y trabajaban juntos.