Un guardia civil resultó herido de bala en una pierna la noche del viernes en sa Pobla después de ser alcanzado por los disparos de escopeta de un vecino de la localidad de es Raiguer de 58 años. Tras un tiroteo en las puertas de su domicilio, los agentes del Instituto Armado le detuvieron por un presunto delito de intento de homicidio y otro de atentado a la autoridad.

Los hechos se produjeron sobre las 21.45 horas en la planta baja del número 47 de la calle Rei Joan Carles I de sa Pobla. Una llamada alertaba de un supuesto caso de violencia de género que se estaba produciendo en el domicilio.

Cuando una patrulla de la Guardia Civil se acercó al portal, un sujeto se encaró con uno de los agentes. "¡Te voy a matar!", espetó a uno de ellos. Acto seguido volvió con una escopeta dispuesto a cumplir su amenaza.

El agresor realizó tres detonaciones. Un disparo iba dirigido al guardia civil que, afortunadamente, consiguió evitarlo. Otro tiro rompió el cristal trasero del coche patrulla y el proyectil quedó alojado en el resposacabezas del vehículo. También disparó contra el primer piso, aunque tampoco consiguió alcanzar a nadie.

Ante el ataque con el arma de fuego, la patrulla de la Guardia Civil pidió refuerzos. Numerosos efectivos del Instituto Armado se personaron instantes después en el lugar y se apostaron en puntos estratégicos para repeler la agresión.

Entre el vecino de sa Pobla y los efectivos de la Guardia Civil se produjo un intercambio de disparos. Durante largos minutos se vivieron momentos de tensión. El hombre descerrajó con la escopeta al menos una decena de disparos. La metralla de un cartucho hirió en el gemelo derecho a un agente, aunque de carácter leve.

Según recalcaron ayer desde el Instituto Armado, los agentes desplegados en torno a la vivienda del agresor hicieron un uso "proporcionado" de las armas de fuego para responder a los disparos.

Después de interminables minutos, los efectivos de la Guardia Civil dejaron claro al agresor que no pretendían abandonar el lugar. A continuación, le conminaron a que depusiera la actitud.

Sin escapatoria

Al verse completamente acorralado y sin escapatoria posible, Francisco C.B. colocó la escopeta en el suelo y se entregó con las manos arriba. Los agentes cayeron de inmediato sobre él y le detuvieron por un homicidio en grado de tentativa y por atentado a la autoridad. En cambio, no había el menor indicio de que hubiera protagonizado un caso de violencia de género. El sujeto no posee antecedentes, aunque ha tenido numerosos enfrentamientos con sus vecinos.

"Creíamos que eran cohetes o fuegos artificiales. Nunca pensé que podría tratarse de disparos", apuntó ayer una atónita vecina de la zona. Otra residente en las proximidades de la vivienda del sujeto no ocultó su miedo. "Al principio no sabía lo que ocurría. Pensé que eran petardos. Luego oí muchos gritos de hombres en la calle. Cuando uno le dijo 'tira la escopeta' me asusté y me escondí", precisó.

Los investigadores de la Policía Judicial de la Guardia Civil establecieron ayer un cordón de seguridad en torno al domicilio del agresor mientras completaban todas las pesquisas.