La agente de la Policía Nacional Vanessa María Lage Carreira, de 36 años, que murió tras ser abatida a tiros por el atracador de una sucursal bancaria en Vigo, el también fallecido Enrique Lago Fariñas, alias "el escayolista", dijo ayer a este asaltante antes de ser acribillada: "Cálmate, no pasa nada".

El detalle lo han desvelado compañeros de esta mujer que se han acercado a la capilla ardiente, instalada en la comisaría de la ciudad, y que se han mostrado consternados ante el trágico desenlace de esta mujer con un carácter "muy calmado" y "grandes dotes para las labores de mediación".

Su pareja sentimental, Roberto Moral, perteneciente al cuerpo, se encuentra "destrozado" por el trágico fallecimiento de Vanessa Lage, que tiene cuatro hermanos y cuyo funeral se celebrará mañana en la iglesia parroquial de San Breixo de Parga (Guitiriz-Lugo) un cuarto de hora antes de las dos de la tarde.

Compañeros de Vanessa Lage han señalado hoy a los informadores que el protocolo establece que, tras una alerta, es la unidad que esté más cerca la que ha de reaccionar ante el aviso, y que este ha sido el caso.

Del hecho de que ni ella ni el subinspector herido llevasen el chaleco antibalas han destacado que hay un diez por ciento para labores de inspección ciudadana y que no es habitual en España una reacción como la que ha tenido este atracador, principalmente por el hecho de que actuar así significa acabar muriendo.

Del mando Vicente A., que se encuentra sedado y estable dentro de la gravedad tras el impacto de cinco balas, han indicado que prestó asistencia a su compañera, aún cuando estaba gravemente lesionado.

"Fuera quien fuera se lo iban a cepillar"

El portavoz de la Unión Federal de Policía (UFP) Agustín Vigo, sindicato de los dos agentes tiroteados ayer por un atracador, una de las cuales murió y otro resultó gravemente herido, cree que "fuera quien fuera" a atender esta urgencia "se lo iban a cepillar".

Vigo ha señalado tras asistir a la capilla ardiente donde se velan los restos de Vanessa María Lage Carreira, que el atracador tenía "las ideas claras: o le salía bien o le daba todo igual".

Ha abundado en que Lago Fariñas, con varios antecedentes por tráfico de drogas y asaltos, la mayoría en los años ochenta, "no quiso negociar", ya que directamente, tras salir a la calle parapetado tras la subdirectora de la sucursal a la que tomó de rehén, "disparó a quemarropa" a los agentes con los que se encontró de frente.

Agustín Vigo ha indicado que la policía apenas tuvo tiempo de decirle siquiera que se tranquilizara "y ya le estaba disparando. No tuvo tiempo a reaccionar", ha añadido.

Tan por sorpresa los cogió la actitud del atracador que los otros compañeros que se habían desplazado al lugar de los hechos "no se creían lo que estaba pasando" e incluso "les costó disparar".

Estos policías están "rotos, destrozados" porque, ha dicho, "no nos metemos a policías para matar a nadie".

El portavoz de la UFP en Vigo ha descrito a Vanessa María Lage como una persona "alegre", que guardaba una "muy buena relación con los compañeros" y que tenía especial interés por asuntos sociales.

De hecho, coincidió en los últimos días con ella en un curso de formación en asistencia a menores extranjeros.

Respecto al subinspector Vicente A.B. ha dicho que no era su compañero habitual de rondas y que es una persona aficionada al ciclismo.

Por lo demás, ha aguardado a recabar más información para pronunciarse, en nombre de la UFP, sobre el hecho de que los agentes tiroteados no portaran chalecos antibala.

Sí lo ha hecho el Sindicato Unificado de la Policía (SUP) en un comunicado en el que resalta que una vez superado el luto "llegará el tiempo de pedir explicaciones sobre las pobres inversiones" que se destinan a la protección personal de los policías.

Abunda el SUP en que "no es de recibo que se malgaste en nuevas divisas y en cambiar el nombre" de la organización mientras sigan saliendo agentes de la academia "sin un chaleco asignado de manera personal, de la misma forma que se hace con el arma reglamentaria".

Asimismo, denuncia que se entrenen con un plan de tiro "escaso", "rancio" y "obsoleto", que "no está adecuado a los incidentes armados" a los que actualmente tienen que hacer frente.