Robar un Ipad se ha convertido en una mala ocurrencia para los amigos de lo ajeno. El dispositivo cuenta con un geolocalizador que permite ubicarlo sin apenas margen de error. Si está sincronizado con el iphone, las posibilidades de encontrarlo son muy elevadas. En los últimos días, dos de estos aparatos han sido recuperados gracias a este procedimiento. Así, el pasado día 13, el teléfono móvil le señaló a su dueña el lugar donde se acababa de conectar su Ipad sustraído. El geolocalizador señalaba la calle Ferrer de Pallarés. La propietaria avisó a la Policía Local, que se desplazó hasta este punto. Además, el dispositivo permite activar un sonido perfectamente audible a distancia. El origen de la alarma era un domicilio situado a escasos metros. Los agentes fueron al lugar y les abrió un sujeto. En su domicilio había decenas de aparatos sustraídos y, por supuesto, el Ipad. El ladrón fue detenido y el tablet devuelto a su legítima propietaria.

Dos robos de una tacada

Un ladrón se había fijado como objetivo desvalijar un bar situado en la calle Valparaíso de Palma. Cuando el delincuente estaba manos a la obra, se percató de que necesitaba una escalera de mano para lograr su propósito. Tras echar un vistazo por los coches estacionados en las inmediaciones, se percató de que una furgoneta tenía una escalera. A continuación, el caco forzó la puerta del coche para sustraer el material. Una vez provisto de ella, se encaramó para cometer un robo con fuerza en el establecimiento de Palma. Sus esfuerzos duraron poco tiempo. Agentes de la Policía Local de Palma le detuvieron después y le atribuyeron la autoría de dos presuntos delitos de robo con fuerza.

Un lío chino en la sala

El pasado miércoles se celebró un juicio en Palma. Una masajista china acusaba a otra compatriota de haberla agredido. La denunciante y la acusada se recriminaban en su idioma y la intérprete hacía un expeditivo resumen, lo que despertó la hilaridad. En un momento dado, la denunciante escenificó con gestos cómo se produjo la agresión. El abogado defensor de la procesada echó más leña al fuego. "Fue como un cuento de Mortadelo y Filemón", argumentó en su exposición.

Robagallinas en el banquillo

Cinco acusados cumplían a rajatabla con la expresión de robagallinas. De hecho, se sentaban en el banquillo para responder de la sustracción de cuatro de estas aves y un pollo de cría en una finca de Llubí. El propietario presentó una tasación de una asociación ión andaluza que apuntaba que cada gallina podía valer 600 euros. Finalmente se desestimó por desmesurada.

El coste del grafiti

Durante el juicio en Palma contra un grafitero especializado en pintar vagones de tren, el gerente de Serveis Ferroviaris de Mallorca (SFM), José Ramón Orta, realizó una encendida crítica contra esta práctica. Orta la calificó de "lacra" en los ferrocarriles de todo el mundo. El gerente de los trenes mallorquines aseguró que grafiteros de toda Europa vienen a Palma para pintarlos. Lo más significativo es que cifró en 180.000 euros el coste anual de la limpieza de los grafitis.

el ladrón de colonia ´rico´

Un británico, ladrón habitual de frascos de colonia en comercios, argumentó durante un juicio que tenía un trabajo excelentemente remunerado en el Reino Unido. Su sueldo alcanzaría los 6.500 euros mensuales. "¿Y con ese salario viene usted a Mallorca a robar perfumes?", le preguntó la incrédula fiscal.