Un juzgado penal de Palma condenó ayer a un empleado de una residencia de ancianos pública del centro de la ciudad a seis meses de prisión y una multa por maltratar a pacientes. El acusado Vicente R.P., un auxiliar sociosanitario de 43 años de edad, confesó los hechos y aceptó las penas que solicitaba el fiscal. El hombre, que actualmente está suspendido de sus funciones en el geriátrico, admitió haber abofeteado de forma habitual a un anciano de 80 años que sufre un deterioro cognitivo, así como haberle retorcido la muñeca a finales de 2012 y principios de 2013. A otra interna, de 84 años, le causó lesiones en la cabeza cuando la trasladaba de una silla de ruedas a su cama de manera brusca el pasado 23 de enero de 2013.

El imputado, que inicialmente se enfrentaba a una petición de pena de un año y cinco meses de cárcel por parte de la fiscalía, ayer al mediodía se declaró culpable de una falta de lesiones por imprudencia grave y un delito de maltrato habitual en la modalidad en la que las víctimas son personas que por su especial vulnerabilidad se encuentran sometidas a guarda en centros públicos o privados.

Tras admitir los cargos, la magistrada del juzgado de lo penal número 5 de Palma impuso al entonces trabajador de la residencia y centro de día Oms- Sant Miquel las penas de medio año de prisión y una multa de dos meses con una cuota diaria de diez euros. Los seis meses de cárcel de la condena se le sustituyen por una multa de un año a razón de seis euros al día, según confirmó la jueza al dictar sentencia 'in voce'.

El auxiliar sociosanitario no ha podido ser inhabilitado para el ejercicio de su profesión, ya que ni la falta de lesiones por imprudencia ni el delito de malos tratos conllevan esta medida. Pese a ello, el sospechoso, tras declarar ante la Policía Nacional en marzo de 2013, fue suspendido de empleo y sueldo y el juez de instrucción le impuso una orden de alejamiento de la residencia.

Reparación del daño

Antes de la celebración del juicio, Vicente R.P. pagó 450 euros en concepto de indemnización a la mujer a la que causó lesiones en la cabeza. Por ello, el ministerio público apreció la circunstancia atenuante de reparación del daño, lo que supuso una considerable rebaja en la solicitud de pena.

El acusado solo se dirigió a la sala para manifestar: "Sí, me conformo". Y cuando la jueza decretó la firmeza de la sentencia y acabó la vista, el hombre salió al pasillo tapándose el rostro con una chaqueta que llevaba puesta.

Según la versión de la fiscalía, el pasado 23 de enero de 2013 por la tarde, el imputado, que trabajaba como auxiliar sociosanitario en la residencia Oms- Sant Miquel de Palma, causó lesiones a una anciana de 84 años. El hombre debía pasarla de una silla de ruedas a una cama en la habitación que ocupaba la paciente, pero lo hizo de forma brusca y sin el cuidado que el estado de la mujer requería. Así, colocó las piernas de la víctima sobre la cama, mientras el colchón se hallaba a una altura superior a la silla, por lo que la silla cedió y la perjudicada se golpeó la cabeza contra la mesita de noche. La octogenaria sufrió una herida inciso contusa en la región occipital y fue necesario que le dieran puntos de sutura. También padeció una cervicalgia postraumática. Tardó quince días en curar de las lesiones.

Por otro lado, el auxiliar sociosanitario, durante los últimos meses de 2012 y primeros de 2013, también maltrató sistemáticamente a otro usuario del centro, un anciano de 80 años con un deterioro cognitivo moderado. El trabajador le propinaba bofetones en la cara y le retorcía la muñeca en su trato diario con el paciente, sin que le causara lesiones.