Un joven grafitero de 19 años fue juzgado ayer en Palma por una falta de daños por presuntamente cortar una valla junto con otro muchacho para poder acceder a las cocheras de Son Rullan de Serveis Ferroviaris de Mallorca (SFM) con la intención de efectuar pintadas. El denunciado insistió en que era inocente. Negó haber roto la verja y destacó que cuando fueron sorprendidos por los vigilantes de seguridad aún no habían empezado a pintar.

"Era la primera vez que iba a esa estación. Cuando la Policía nos requisó los botes de pintura ninguno de ellos estaba utilizado. Estaban llenos. Lo pueden preguntar en las tiendas donde venden estos productos. Es falso que yo tuviera las manos pintadas de azul. Yo no rompí nada. Estábamos preparados para pintar, pero no lo hicimos", se defendió el joven.

El denunciado, un estudiante de bachillerato, admitió ser grafitero y reconoció que uno de sus alias era 'Creps'. Pero negó ser el autor de las pintadas que le mostraron en el juicio. La fiscal y la letrada de la comunidad autónoma pidieron que el caso se tramitara como delito y no como falta al ascender los daños a 3.900 euros. Los vigilantes indicaron que sorprendieron a dos jóvenes, uno cortando la valla, y que disponían de material para pintar y unas tijeras de podar. El gerente de SFM dijo que los grafitis son una lacra y que suponen un gasto de 180.000 euros al año.