La Policía ha detenido en León a David F. V. y Fadila C., como presuntos autores de la muerte del niño de dos años hallado en una zona cercana a las vías del tren en el ovetense barrio de La Argañosa el pasado 3 de noviembre. La detención se ha producido cerca del barrio de Las Ventas.

El fuerte cerco policial establecido en torno a los huídos generó que el compañero sentimental de la madre del pequeño avisara a primera hora de la tarde al 112 de su intención de entregarse; inmediatamente la información fue trasladada a la Sala del 091 del Cuerpo Nacional de Policía y como resultado se localizó y arrestó a ambas personas.

Los detenidos, junto al atestado policial, están siendo trasladados a la comisaría de Oviedo para pasar a disposición del Juzgado de Instrucción que entiende del caso.

La difusión en los medios de comunicación de todo el país y en las redes sociales de las fotos de los presuntos asesinos del pequeño Imran generó un aluvión de llamadas a las diferentes comisarías la Policía Nacional y cuarteles de la Guardia Civil en todo el territorio nacional. Los agentes investigaron todas y cada una de las pistas que les llegaban. Aunque muchas no son fiables, se recibieron numerosas llamadas desde la provincia de León, donde varios testigos aseguraron haber visto a la pareja el mismo fin de semana en el que desaparecieron, los días 1 y 2 de noviembre.

Los investigadores del caso fueron desde el principio optimistas en cuanto a la detención de la pareja. No disponían de medio de locomoción, o al menos, en Oviedo no tenían coche. Los agentes estaban prácticamente convencidos de que ninguna persona colaboró en la huida. De un lado, David F.V. no tiene contacto con su familia desde hace cinco años, tal y como explicaron sus padres en una conversación recogida ayer en las páginas de este periódico. Mientras, la familia de Fadila C., con la que los fugitivos sí mantenían una relación fluida, colaboró activamente con la Policía Nacional. La familia de la chica se ha enterado de la detención por una llamada del diario 'La Nueva España'.

La investigación apunta a que el niño murió tras una paliza el viernes 31 de octubre y que se deshicieron del cuerpo, abandonándolo en una maleta junto a las vías del tren entre los apeaderos de Vallobín y La Argañosa esa misma noche. Siguiendo la misma teoría, el sábado 1 de noviembre habrían emprendido la huida, sin dinero, porque pidieron a un amigo que les pagase un menú del día porque tenían hambre. El cuerpo no apareció hasta el lunes por la mañana y el niño fue identificado el miércoles. La orden de búsqueda y detención con sus fotografías se lanzó el jueves. El secreto de las actuaciones decretado por el Juzgado de Instrucción número 3 de Oviedo, que dirige la juez Begoña Fernández, continúa vigente.

El niño fue asesinado a golpes en el piso, donde se han encontrado numerosas evidencias de episodios violentos. Las lesiones que le causaron la muerte no eran las únicas que los médicos hallaron en el cuerpo del menor. Según pudo confirmar el diario ´La Nueva España´ por fuentes hospitalarias, en el escáner que se le realizó en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) aparecieron lesiones antiguas, entre ellas, una fractura de fémur. Además, el pequeño tenía las cervicales rotas.

"Quiero que se difundan todas las fotos posibles de mi hermana, cuantas más mejor, para que aparezca pronto. Estamos esperando una explicación", reclamaba este lunes la hermana de Fadila C. en conversación con este diario. "Van sin dinero, sin coche y sin nada. No conozco a la familia de él, no sé si alguien les está ayudando, es algo que desconozco", asegura la joven.

Tanto Fadila C. como su familia son de origen marroquí, concretamente de la localidad de Rahmna. Una de las hipótesis que barajaba la Policía Nacional es que hubiesen logrado cruzar la frontera y abandonar el país, aunque la hermana de la chica cree que en Marruecos no hubieran encontrado refugio porque "nadie va a ayudar a esconder a alguien que ha matado a un niño". Por su parte, David F. V., aunque residió en Málaga durante los últimos años, es natural de una localidad del municipio de Cambre, en La Coruña.

La ciudad no se ha repuesto aún del tremendo impacto de la muerte del pequeño. Los vecinos del barrio de Vallobín, donde residía la familia, aseguran que sólo alguien "con gusanos en la cabeza" puede cometer un hecho tan atroz. Ahora sólo esperan que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad atrapen pronto a los responsables. Y que la justicia caiga sobre ellos con todo su peso.