El conductor de 42 años que el martes golpeó con el retrovisor de su furgoneta al bebé de dos meses y medio que falleció horas después se paró tras el accidente en Costitx. El hombre, imputado por homicidio imprudente, afirmó a la Guardia Civil que se detuvo tras el siniestro pero que habló con el padre y creyeron que no era grave, por lo que continuó su marcha. Al día siguiente se enteró de que el pequeño había fallecido y acudió al cuartel de Inca para explicar lo ocurrido. El progenitor compareció ayer a mediodía en un juzgado de Inca para declarar sobre el siniestro. "Están destrozados", explicó una amiga suya.

Tras cierta confusión inicial sobre lo ocurrido, las declaraciones recabadas por la Guardia Civil han permitido avanzar en las pesquisas. Parece ser que el padre del bebé llegó a casa hacia las seis de la mañana tras pasar la noche trabajando. El recién nacido estaba llorando sin parar y el hombre decidió salir a dar un paseo con él en brazos para intentar calmarlo.

Padre e hijo cruzaron el pueblo hasta llegar a la carretera que lleva a Sencelles, estrecha y sin arcén. A unos 300 metros de la salida de Costitx, en el kilómetro 3,9 de la vía, una furgoneta pasó a su lado hacia las siete de la mañana y les golpeó con uno de los retrovisores, que impactó en el brazo del padre donde el bebé tenía apoyada la cabeza. El conductor, un vecino de Costitx de 42 años, se paró para interesarse por ellos, según declaró él mismo a la Guardia Civil tras conocer el fatal desenlace del accidente. Al parecer el progenitor le dijo que estaban bien y el hombre siguió su ruta.

Sin embargo, el pequeño empezó poco después a mostrar síntomas de que había sufrido lesiones graves en la cabeza. Su padre fue a buscar el coche -algunos vecinos lo vieron correr a esa hora por la plaza con el bebé en brazos- y lo llevó al hospital Son Espases. El recién nacido ingresó en la UCI en estado muy grave y esa misma tarde falleció.

La Guardia Civil no tuvo conocimiento de lo ocurrido hasta el miércoles por la mañana, cuando abrió una investigación para aclarar los hechos. El conductor de la furgoneta se enteró por los medios de comunicación de que un bebé había fallecido tras ser golpeado por el retrovisor de un vehículo, tras lo que se personó en el cuartel del instituto armado de Inca y reconoció su implicación. Quedó en libertad con cargos, imputado por un delito de homicidio imprudente. El caso queda en manos de la Guardia Civil de Tráfico.

El padre, por su parte, se personó ayer en un juzgado de instrucción de Inca para declarar sobre lo ocurrido. Una amiga suya, que acudió al domicilio familiar explicó que tanto él como la madre "están destrozados". El suceso ha causado una gran conmoción en Costitx, cuyo Ayuntamiento ha decretado tres días de luto.

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