El conductor de una furgoneta que presuntamente causó la muerte de un bebé de apenas tres meses en Costitx, tras golpearle con el retrovisor del vehículo, se entregó ayer por la tarde en el cuartel de la Guardia Civil de Inca. La persona que iba al volante, un vecino de la localidad de 42 años, admitió que creía ser el autor del accidente, aunque dijo que no se dio cuenta de nada.

Tras tomarle declaración, los agentes del Instituto Armado le dejaron en libertad con cargos por un supuesto delito de homicidio imprudente.

El bebé de apenas tres meses falleció después de recibir en la mañana del martes un fuerte golpe en la cabeza. Al parecer, entre las seis y media y las siete, el padre paseaba con el pequeño entre sus brazos por la cuneta de la carretera que comunica Costitx con Sencelles. A la altura del kilómetro 3,9 de dicha vía, pasó una furgoneta que habría golpeado al niño en la cabeza con un retrovisor. El conductor aseguró a los agentes del Instituto Armado que desconocía por completo que pudiera haber causado la muerte al niño. El hombre dijo que se enteró de lo ocurrido ayer por los medios de comunicación y que podría ser el responsable, aunque en el momento de los hechos no se dio cuentar.

La investigación de la trágica muerte del bebé quedó en manos de agentes la Policía Judicial del Automóvil de la Guardia Civil. El principal problema con el que se toparon los expertos del Instituto Armado fue localizar a los padres del pequeño. Ayer se encontraban completamente desaparecidos y no había formulada ningún tipo de denuncia.

Informe médico

Las pesquisas se iniciaron en cuanto el personal médico del hospital Son Espases se puso en contacto con la Guardia Civil y comunicó la muerte violenta del menor en accidente de tráfico. El bebé había sido trasladado por su padre desde Costitx hasta el hospital palmesano en un intento desesperado por salvar su vida. Los esfuerzos de los facultativos resultaron vanos y se vieron obligados a certificar su defunción.

La noticia del trágico fallecimiento del pequeño no tardó en propagarse ayer por todos los rincones de Costitx. Aunque ningún vecino acertaba a decir con exactitud qué había pasado y dónde había ocurrido. Un halo de misterio rodeaba la muerte del menor.

Investigadores de la Policía Judicial del Automóvil de la Guardia Civil se desplazaron ayer desde Palma hasta Costitx para tratar de reconstruir cómo se había producido la muerte del menor.

Algunas vecinas muy allegadas de los padres del bebé fallecido se mostraron visiblemente afectadas por la muerte de pequeño. Las dos mujeres se abrazaron a escasos metros de la residencia de los progenitores del niño.

Sin embargo, estos vecinos de Costitx no eran precisamente muy conocidos en el municipio. Habían alquilado una vivienda apartada en un callejón, alejado de las miradas indiscretas.

"Vi a la madre hace unos días con el niño en los brazos. Le dije lo grande que estaba, pero no sé nada del accidente. Me he enterado esta mañana", apuntó ayer la propietaria de un pequeño establecimiento comercial situado en las proximidades del domicilio de los progenitores del pequeño.

Tres días de luto

"Están mirando cómo ha sido. Fue todo muy rápido y no conocemos todavía los detalles de lo que ha ocurrido", indicó ayer por la mañana Antoni Salas, alcalde de Costitx. De hecho, el primer edil del municipio aún no tenía confirmado a esas horas si la muerte del pequeño se debía a un accidente de tráfico o a un percance doméstico. "Parece ser que hay dos versiones de los hechos y no conocemos la oficial", recalcó.

En cualquier caso, el alcalde de Costitx expresó ayer sus condolencias a la familia del bebé fallecido y anunció que el consistorio había decretado tres día de luto en señal de duelo.

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