Un octogenario de Palma ha sido condenado por la Audiencia Provincial por abusar de su nieta en numerosas ocasiones cuando la menor tenía entre cinco y doce años. El tribunal le impone tres años y nueve meses de prisión por un delito continuado de abusos sexuales por someter a la pequeña a tocamientos y forzarla a practicarle felaciones a cambio de dinero y regalos. El fallo absuelve a la abuela de la víctima, que estaba acusada de tolerar los abusos y que se enfrentaba a cuatro años de cárcel por ello.

Los hechos se remontan al año 2002, cuando la víctima tenía cinco años. La niña acudía con frecuencia al domicilio de sus abuelos paternos, donde comía varias veces por semana e incluso se quedaba a dormir. La sentencia declara probado que el acusado, de 80 años, aprovechaba los momentos en los que se quedaba a solas con su nieta para someterla a tocamientos. El octogenario disfrazaba los abusos como juegos y durante ese periodo obligó también a la niña a tocarle el pene y se masturbaba delante de ella.

La situación se agravó cuando la menor cumplió los ocho años. A partir de entonces su abuelo la forzó a practicarle felaciones, explicándole que se trataba de un juego y dándole dinero y regalos a cambio de prácticas sexuales, que se repitieron más de diez veces hasta que la víctima cumplió doce años. La sentencia detalla que en una ocasión el acusado fue con la menor a la playa de es Portitxol, en Palma, y la llevó a un lugar apartado cerca de las rocas. Allí le obligó a practicarle una felación debajo del agua, lo que provocó que la menor estuviera a punto de ahogarse.

El tribunal de la sección primera se basa esencialmente en el relato que la propia víctima hizo de los abusos durante el juicio para condenar al procesado. Los magistrados consideran que su declaración fue perfectamente creíble, concisa y detallada. Además, su versión fue avalada por una psicóloga que la trató.

La sentencia considera por ello al abuelo autor de un delito continuado de abusos sexuales, por el que le impone tres años y nueve meses de prisión. El tribunal precisa que, a su entender, la actuación del procesado merece una pena mayor pero que la fiscalía -que solicitó diez años de cárcel- no calificó los hechos adecuadamente y, por tanto, no puede imponerle otra condena. El hombre, que en el juicio negó los hechos y afirmó que su nieta era muy conflictiva, tendrá además prohibido acercarse a ella durante los próximos cinco años.

La Audiencia, por contra, absuelve a la abuela de la niña. La mujer se enfrentaba a una petición por parte del ministerio público de cuatro años de cárcel por conocer los abusos a los que su marido sometía a la menor sin hacer nada por impedirlos ni denunciarlos. El tribunal, sin embargo, considera que no hay pruebas de que la mujer supiera lo que estaba ocurriendo y la exculpa.