La Policía ha detenido en Palma a un joven de 29 años que tras cometer un robo huyó en moto, se metió en la Vía de Cintura en dirección contraria, tuvo que ser esquivado por varios coches y acabó sufriendo un accidente. El sospechoso había sustraído 385 euros tras forzar el acceso a un bar y violentar dos máquinas tragaperras. La Policía mantiene abiertas las pesquisas y no descarta nuevas detenciones.

Los hechos ocurrieron hacia las dos y media de la madrugada del pasado lunes, cuando saltó la alarma de un bar situado en la calle Biniamar. Al lugar acudieron varias patrullas de la Policía Nacional. Uno de los vehículos se cruzó, en la calle Mare de Déu de Montserrat, con un ciclomotor sospechoso. Cuando el piloto advirtió la presencia de los agentes, se subió con el vehículo a la acera y tras cruzar la mediana de la calle se metió en la Vía de Cintura en dirección contraria a la establecida. Varios vehículos tuvieron que esquivarle para no arrollarlo.

El motorista salió de la autovía y se adentró en el camino viejo de Sineu, donde arrojó una caja metálica que llevaba consigo y que resultó ser de la caja recaudadora del bar en el que se acababa de producir el robo. El fugitivo cruzó de nuevo en dos ocasiones la mediana de esta carretera y los agentes lo perdieron de vista.

Otra patrulla logró dar con él en las inmediaciones del Estadi Balear, pero el motorista continuó escapando a toda velocidad. Finalmente, perdió el control del vehículo y sufrió una aparatosa caída en la calle Jules Leclercq. Pese al accidente, el joven continuó la huida a la carrera hasta que fue interceptado a la altura del número 169 de la calle Manacor. El joven ofreció una gran resistencia y propinó patadas y empujones a los agentes hasta que fue reducido. La Policía lo trasladó a un centro hospitalario, donde se descartó que hubiera sufrido lesiones graves, y luego a comisaría.

Los agentes comprobaron que el ciclomotor en el que había huido había sido robado horas antes. Además, comprobaron que el bar en el que el joven entró a robar tenía las persianas y las puertas forzadas y que las máquinas tragaperras habían sido violentadas. Al parecer, los 385 euros que llevaba el acusado cuando fue arrestado procedían del establecimiento.

El joven está acusado de robo con fuerza. La Policía no descarta que contara con la ayuda de algún compinche, por lo que podrían producirse más detenciones.