El informe de la Guardia Civil sobre la farola que causó la muerte de un joven de 18 años el pasado 31 de agosto en Bunyola constata el pésimo estado de mantenimiento de la instalación, sin fusible, con empalmes irregulares, cables sueltos e incluso un saltamontes muerto en su interior. Los investigadores revisaron también la caseta principal donde están conectadas las distintas líneas de alumbrado y descubrieron “un gran desorden de montaje y conexiones” en su interior. El alcalde de Bunyola, el concejal de Infraestructuras de la localidad por un presunto delito de homicidio imprudente por este caso.

El informe realizado por la Policía Judicial de la Guardia Civil de Llucmajor se basa en las inspecciones que los agentes realizaron en la farola que causó la muerte al joven David Grimaldos y en otras instalaciones del alumbrado público de la zona. La misma noche del siniestro los agentes examinaron la luminaria junto a técnicos de Endesa. En ese momento se pretendía comprobar si el poste de la instalación tenía una carga eléctrica. Los técnicos confirmaron que la farola emitía descargas de 133,1 voltios. Los especialistas explicaron a los guardias que este voltaje es muy peligroso y suficiente para matar a una persona. Según dijeron, es peor que una descarga de 220 voltios. También comprobaron que el sistema del alumbrado pertenece al Ayuntamiento de Bunyola y es ajeno a Endesa.

Sin fusible

Al abrir la tapa de la farola los expertos comprobaron que la instalación no disponía de fusible, y que en su lugar habían colocado un cable realizando un puente. Observaron dos cables de unos diez centímetros conectados en uno de sus extremos al suministro eléctrico de la farola, mientras que en la otra punta daban a una regleta de empalmes, de la que a su vez salían otros dos cables sueltos que estaban en contacto con partes metálicas de la farola. Uno de ellos tocaba una pieza metálica atornillada al cuerpo de la farola y el otro, que estaba suelto, tenía enganchado en su extremo un saltamontes muerto hacía tiempo. Al parecer el insecto se había introducido en el interior de la instalación y, tras recibir una descarga, se quedó atrapado.

Los guardias civiles y los técnicos de Endesa revisaron también la caseta principal donde se encontraban conectadas las distintas líneas de alumbrado, que se encuentra a unos 200 metros de la farola donde falleció el joven. Allí encontraron “un gran desorden de montaje y conexiones”.

Durante el día siguiente los técnicos del departamento de Industria del Govern balear inspeccionaron el resto de farolas e instalaciones eléctricas de la zona. Estos especialistas tenían previsto emitir un informe que, junto al confeccionado por la Guardia Civil y el de los empleados de Endesa, será remitido al juzgado que instruye el caso.

En la actualidad el juzgado mantiene como imputados por homicidio imprudente al alcalde, Jaume Isern, al concejal de Infraestructuras del municipio y al técnico encargado del mantenimiento de estas farolas.