Un miembro del clan de ´Los Bizcos´ fue ayer encarcelado después de que el lunes se entregara a la Policía. Su esposa, en cambio, quedó en libertad bajo fianza, al alegar que tenía que quedarse al cuidado de sus hijos. Ambos eran buscados desde el pasado mes de junio tras un espectacular despliegue en Son Banya en la denominada operación ´Brasada Code´.

La pareja decidió el pasado lunes poner fin a los meses de fuga y se presentaron el lunes ante los agentes de Estupefacientes en la Jefatura Superior de Policía. Los investigadores les detuvieron por un presunto delito de tráfico de drogas.

En la mañana de ayer, estos miembros del clan de ´Los Bizcos´ fueron puestos a disposición judicial. Durante su comparecencia aseguraron que unos traficantes de origen magrebí les suministraban la droga que luego vendían en el poblado.

El titular del juzgado de Instrucción número ocho de Palma, ayer en funciones de guardia, ordenó el ingreso en prisión incondicional del hombre por un presunto delito contra la salud pública. Mientras, el juez dejó a la mujer en libertad bajo fianza, al apreciar que tendría que quedarse al cuidado de sus hijos menores de edad.

La denominada ´Operación Brasada Code´ tuvo su culminación el pasado 16 de junio en Son Banya tras una investigación que se había prolongado durante más de un año. Se trata de una actuación conjunta del Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil iniciada contra el clan de ´La Sole´.

Antes de irrumpir en el conflictivo asentamiento marginal palmesano, los agentes ya habían confiscado durante este tiempo nueve kilos de cocaína, 200 kilos de hachís y habían detenido a 14 presuntos narcotraficantes por su implicación en esta trama. Los acusados formaban parte de tres organizaciones distintas que traían la droga desde Marruecos, Francia, Bélgica y Holanda con distintos métodos.

El colofón se puso el pasado mes de junio en Son Banya con otras siete detenciones y la incautación de medio kilo de cocaína, marihuana y 10.000 euros en efectivo.

Registros

Los agentes practicaron tres registros domiciliarios en el interior de Son Banya y otros tres en el exterior. Cuatro allanamientos se realizaron en distintos puntos de Palma -Son Oms y Son Ferriol entre otros-, uno en un domicilio de la calle Roca Tomás de Pollença y otro en una finca rural de Algaida.

Esta operación policial no estuvo exenta de polémica, ya que los agentes del Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil utilizaron camiones de Emaya a modo de ´caballo de troya´ para introducirse en el poblado sin ser descubiertos.

Los portones de las furgonetas se abrieron y, en lugar de los empleados de la limpieza, descendieron guardias civiles y policías. La treta sorprendió por completo a los narcotraficantes, que no tuvieron tiempo de deshacerse de la droga, como había ocurrido en otras ocasiones.

No obstante, esta actuación motivó una protesta formal del comité de empresa de Emaya por la utilización de dos vehículos de la compañía y por las supuestas represalias a las que se enfrentaban los trabajadores que tenían que acudir a Son Banya.