­Pedro Albertí, el hermano de la mujer de 48 años fallecida el pasado viernes tras ser arrollada por un conductor ebrio y drogado en Palma, resume sus sentimientos con dos palabras: "Impotencia y dolor". "Esto no ha sido un accidente fortuito, sino fruto de una grave irresponsabilidad. No solo ha muerto una persona, sino que ha destrozado a toda una familia", afirma con serenidad. Dice que ha intentado ponerse en el lugar del acusado, pero que no puede entender su actuación. "Queremos que se haga justicia. Las leyes deberían ser más duras con este tipo de conductas. Hay que evitar que desgracias como esta vuelvan a ocurrir". La Policía Local estima que el conductor que arrolló a la víctima, un joven de 27 años que ha ingresado ya en prisión, circulaba a más de 70 kilómetros por hora, cuando el límite en ese tramo es de 40.

Margarita Albertí, periodista de 48 años, salía casi cada día a correr por la zona donde se produjo el atropello, en la avenida Picasso, cerca de su casa. "Era muy aficionada al deporte y estaba en muy buena forma. Ese sitio es tranquilo y está habilitado para los corredores", explica su hermano Pedro. El pasado viernes por la tarde, un Citroën C1 se subió a la acera y la atropelló, causándole gravísimas lesiones por las que horas después falleció en Son Espases. El joven que iba al volante, conductor profesional, dio positivo en la prueba de alcoholemia y en los tests de drogas había restos de cocaína, hachís y anfetaminas. Además, los investigadores de la Policía Local apuntan a que el sospechoso iba hablando o escribiendo un mensaje con el teléfono móvil.

"No es una casualidad que atropellara a mi hermana. Esto no ha sido un accidente, porque iba drogado, ebrio y manipulando el móvil. Parece evidente que hubo una grave irresponsabilidad", considera Pedro Albertí, que ha puesto el caso en manos de un abogado penalista. "La víctima podría haber sido cualquiera. He hecho el esfuerzo de ponerme en el lugar del conductor, pero llego a la conclusión de que a mí no me habría pasado porque yo no conduzco borracho y tras tomar drogas", sentencia. "Sabemos que nada nos va a devolver a mi hermana. No buscamos venganza, sino conseguir que este tipo de conductas se acaben. Algo está fallando, las leyes deben ser más duras para que no se repitan estos casos. No solo ha muerto una persona, sino que han destrozado a toda una familia. El dolor es insoportable", explica Pedro, que reclama más conciencia social sobre los peligros de conducir bajo los efectos del alcohol y las drogas.

Exceso de velocidad

El sospechoso, Francisco B.P.Q., reconoció tras ser detenido por la Policía Local que ese día había tomado seis cervezas durante la comida y que no era la primera vez que se ponía al volante en esas condiciones. El acusado, que negó haber consumido drogas y apuntó a que los restos que tenía en la sangre eran del día anterior, reconoció que tenía prisa porque había quedado con unos amigos. "Yo llego muy justo", escribió por teléfono instantes antes del siniestro. Las primeras estimaciones de la Policía Local, que mantiene abierta la investigación, apuntan a que circulaba al menos a 70 kilómetros por hora, cuando el límite en ese tramo es de 40.

El juez de guardia ordenó el domingo su ingreso en prisión preventiva por homicidio imprudente y conducción temeraria. El magistrado considera que "el alcohol y las drogas mermaban de manera brutal sus capacidades para la conducción".