La joven que anteayer apareció muerta en la playa de Alcanada, en Alcúdia, falleció asfixiada por un fuerte presión en el pecho. Además, el asesino le habría tapado la boca y la nariz para impedir que respirara. La autopsia permitió confirmar además que no fue agredida sexualmente y que los numerosos golpes que presentaba en el tórax y la cara no eran mortales. La Guardia Civil mantenía como máxima prioridad identificar a la víctima, aparentemente de unos 30 años y extranjera. Los investigadores regresaron ayer al lugar del hallazgo, donde los buzos examinaron el fondo marino en busca de algún documento de la joven y otras pistas que permitan avanzar en las pesquisas.

Los agentes encargados del caso creen que el crimen se cometió cerca del lugar en el que apareció el cadáver, flotando a un metro de la orilla en una apartada y solitaria zona de la playa de Alcanada, a primera hora de la mañana del jueves. El forense concluyó que la mujer falleció por asfixia mixta, tras sufrir una fuerte presión en la zona abdominal que le causó lesiones internas y obstruirle la boca y la nariz para impedirle respirar. Uno de los detalles que llamó la atención de los investigadores es que en las fosas nasales tenía sendas piedras, aunque no está claro si se las colocaron a propósito o si acabaron ahí al ser arrastrada por su asesino antes de lanzarla al mar ya muerta. En la necropsia no se hallaron evidencias de que hubiera sido forzada a mantener relaciones sexuales antes de morir. El cuerpo presentaba además signos de haber recibido una paliza. Tenía varios golpes, propinados al parecer con el puño, en la cara y el pecho pero ninguno de ellos era mortal.

La víctima, que según sospecha la Guardia Civil era una extranjera de unos 30 años, llevaba un vestido de verano oscuro y unas zapatillas deportivas, pero no se encontró ningún documento personal que permitiera identificarla. Ponerle nombre a la mujer, de raza blanca y pelo moreno, es la principal prioridad de los investigadores para impulsar las pesquisas. Durante la mañana de ayer, los buzos del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) del instituto armado rastrearon la zona en la que apareció el cadáver en busca de pistas. En la zona no se ha presentado ninguna denuncia por desaparición y tampoco en los hoteles cercanos han echado en falta a ningún huésped cuyas características coincidan con las de la víctima. Los agentes están cotejando sus huellas dactilares en las bases de datos y también se están analizando varios efectos que se encontraron en la playa, cerca del lugar donde fue hallado el cuerpo, para tratar de identificarla.

Más remota parece la posibilidad de encontrar algún testigo de lo ocurrido, ya que se trata de una zona apartada, a la que no se puede acceder en coche, y los hechos habrían ocurrido a lo largo de la madrugada del jueves. Los investigadores están convencidos de que el homicidio se produjo en la zona de Alcanada y que el autor del crimen intentó deshacerse del cuerpo arrojándolo al mar.