Un juzgado de lo penal de Palma ha condenado a un hombre por castrar a un poni con la técnica de las cañas, un método ancestral prohibido, y sin tener la titulación para ejercer como veterinario. La sentencia le considera autor de un delito de intrusismo y le impone una sanción de 720 euros, según informó el Colegio Oficial de Veterinarios de Balears (Covib), que en su día denunció los hechos ante la Guardia Civil.

El juez considera probado que el acusado, en 2013 y en las cuadras de Son Pardo, castró un poni propiedad de otra persona con el método de las cañas, inyectándole anestesia y aplicándole una vacuna antitetánica para luego amputarle los testículos. Además de tratarse de un sistema prohibido porque pone en riesgo la vida del animal, el acusado no tiene ninguna titulación para ejercer como veterinario.

El juzgado de lo penal número 7 de Palma le considera por ello autor de un delito de intrusismo profesional por el que le condena a seis meses de multa a razón de cuatro euros diarios, según informó ayer el Covib.