La presidenta del Tribunal del Jurado ha condenado a 17 años y seis meses de prisión a Andrés R.G por el asesinato con alevosía y ensañamiento de su excompañera de trabajo en Bunyola en abril de 2013 y ha dictaminado que deberá indemnizar al marido y a la hija de la víctima con 50.000 euros a cada uno.

La magistrada que presidía el tribunal ha dictado sentencia después de que el jurado declarase ayer culpable al acusado, en un veredicto dictado por unanimidad después de que el propio asesino admitiera su culpabilidad durante el juicio, tras un acuerdo de conformidad entre las acusaciones y la defensa.

En el relato de los hechos, la sentencia hace constar que el condenado, un jardinero de 47 años, asesinó a su excompañera de trabajo propinándole fuertes golpes en la cabeza con una catana o espada japonesa y le clavó varias veces en el cuello y en el tórax un cuchillo que cogió de la cocina, hasta causar su muerte.

El acusado trabajaba desde 2011 como jardinero y operario de mantenimiento en la finca Can Paloni, a la altura del kilómetro 3,8 de la carretera de Santa Maria a Bunyola, empleo del que fue despedido a mediados de diciembre de 2012 por la administradora tras varias desavenencias.

El jardinero consideró a la encargada de limpieza de la finca, una mujer de 54 años, responsable del despido.

Según las acusaciones, el 10 de abril de 2013 el hombre acudió a la finca, entró saltando una alambrada, se escondió detrás de un pozo cercano a la vivienda y esperó a que llegara la encargada de limpieza.

Cuando llegó la mujer, "Andrés le atacó por sorpresa, golpeándole la cara con la katana, sin que la mujer pudiera repeler la agresión, y continuó agrediéndola hasta que cayó", recoge el escrito de acusación que indica que sufrió heridas en la cara, cabeza, cuello, tórax, abdomen y extremidades superiores.

Según el informe del forense que realizó la autopsia, la mujer murió por la hemorragia que le causaron las múltiples heridas de arma blanca que sufrió.