La muerte violenta de María Rosa Martínez Deyà a manos presuntamente de su marido, Jaume Mayol Bergas, que se suicidó acto seguido pegándose un tiro con una escopeta de caza, cayó como un jarro de agua fría en los pueblos de la Vall ayer tarde. Tanto la mujer asesinada como su esposo eran vecinos de Sóller. Además, la víctima, de 45 años de edad, trabajaba como asistenta social en los ayuntamientos de Deià y Fornalutx.

Por ello, la mujer era muy conocida y apreciada en los municipios de la Vall. La alcaldesa de Deià, Magdalena López, ayer se personó en la finca Can Prohom, el lugar del crimen, nada más enterarse del suceso. López se mostró muy afectada por lo ocurrido. No pudo contener las lágrimas al recordar a la fallecida. Hoy a las doce del mediodía, el consistorio ha convocado un pleno extraordinario.

El padre de la víctima también acudió a la casa rural y recibió asistencia psicológica por parte de una especialista. Las patrullas del Grupo de Homicidios de la Policía Judicial de la Guardia Civil y los investigadores del Laboratorio se movilizaron sobre las cuatro de la tarde de ayer, nada más recibir el aviso del 112. Los agentes inspeccionaron la finca, situada en la carretera de Sóller a Deià, a la altura del kilómetro 58, donde la pareja fallecida hacían de posaderos.

Una forense se desplazó y examinó los cadáveres, después de que el juzgado de instrucción número 9 de Palma, en funciones de guardia fuera informado de lo ocurrido. La facultativa supervisó y autorizó el levantamiento de los cuerpos sin vida. Las pesquisas apuntan a que el varón ató y estranguló a su mujer y momentos después se pegó un tiro en la cabeza con una escopeta. El supuesto asesino hacía pocas horas que había salido de Psiquiatría de Son Espases por un intento de suicidio al no aceptar que su esposa quisiera separarse de él y le pidiera un tiempo.

El caso policialmente está cerrado. La delegada del Gobierno en Balears condenó esta nueva muerte por violencia de género.