Pau Buades era el jueves un hombre feliz. El joven de Campanet, que sufrió gravísimas quemaduras en una deflagración en el estadio de Son Moix en octubre pasado, regresó a la isla por primera vez desde el accidente tras pasar más de seis meses hospitalizado en Barcelona. Una treintena de familiares y amigos acudieron al aeropuerto por sorpresa para darle un caluroso y emotivo recibimiento. “Lo han pasado peor ellos que yo”, aseguraba el protagonista, que deberá volver a la ciudad condal para seguir el tratamiento durante algunas semanas más.

Fue el 10 de octubre cuando Buades y otro trabajador ultimaban los preparativos del sistema eléctrico para el partido que al día siguiente enfrentaba en Palma a las selecciones de España y Bielorrusia. Pau Buades se llevó la peor parte: sufrió quemaduras en el 70 por ciento del cuerpo y estuvo tres semanas en coma. Ahí comenzó un lento proceso de recuperación en el hospital Vall d’Hebron de Barcelona, que cuenta con una unidad especializada en este tipo de lesiones, y luego en el hospital Delfos, donde sigue en tratamiento.

Con pancartas, carteles y un ramo de flores, sus allegados estallaron en un aplauso cuando Buades y su mujer llegaron el jueves a Son Sant Joan. Desde que sufrió el accidente se han ido turnando para ir a visitarlo, pero su abuela no ha podido hacerlo. Ambos se fundieron en un largo abrazo tras más de medio año sin verse. “Estoy muy contento de poder volver a Mallorca, aunque solo sea por unos días”, aseguraba el joven, de 32 años, que ha sido sometido a varias intervenciones quirúrgicas e injertos. “Todavía no he recibido el alta. Tengo que volver a Barcelona y a finales de mes regresaré definitivamente a Mallorca para seguir aquí la rehabilitación”, explicaba Buades, todavía con vendajes protectores en los brazos y la cara.

El joven elogió con énfasis la atención que ha recibido. “Estoy impresionado de cómo funciona la Seguridad Social. Ahora que tantos quieren recortar la sanidad pública, si no fuera por ella yo estaría muerto”, señaló.

Buades agradeció también el papel de Mutua Universal y destacó el apoyo psicológico que le ha brindado Kreamics, la asociación de afectados por quemaduras de Cataluña. “Cada quince días venía a verme un hombre que tiene quemaduras en el 90 por ciento del cuerpo. Su ayuda ha sido muy importante para mí”, explicaba Buades.