La temporada turística arrancó ayer en su vertiente más trágica. Un joven noruego de 23 años falleció de madrugada tras caer al vacío desde el cuarto piso de un edificio de apartamentos en Punta Ballena, en Magaluf. La víctima había estado bebiendo toda la noche con un grupo de amigos y salió a la azotea para tomar el aire. Allí se sentó en un pequeño muro y acabó perdiendo el equilibrio, precipitándose desde más de diez metros de altura a un patio interior. Las gravísimas lesiones que sufrió le causaron la muerte en el acto. Tanto el juzgado de guardia como el consulado noruego fueron informados del suceso.

Los hechos ocurrieron poco antes de las cuatro y media de la madrugada en el edificio Apolo, en el número 11 de la calle Punta Ballena, según explicaron fuentes policiales y sanitarias. Varias llamadas alertaron a los servicios de emergencias de que un joven había sufrido una grave caída y yacía inconsciente en un tejado del patio interior, en la primera planta. Una UVI móvil del 061, así como patrullas de la Guardia Civil y la Policía Local de Calvià se desplazaron de inmediato al lugar.

Los efectivos sanitarios intentaron reanimar al herido, pero no pudieron más que certificar su defunción. El cadáver fue trasladado al Instituto de Medicina Legal. El óbito fue comunicado al juzgado de instrucción número 2 de Palma, que se encontraba en funciones de guardia. La dotación de Bombers de Mallorca que se había desplazado por si era necesario rescatar el cuerpo no tuvo que intervenir.

La Policía Judicial de la Guardia Civil puso en marcha una investigación para esclarecer lo ocurrido. El médico forense que practicó la autopsia a lo largo de la mañana descartó la intervención de otras personas en el fallecimiento y confirmó que la causa de la muerte era un traumatismo craneoencefálico por precipitación.

Los agentes encargados del caso llevaron a cabo una detenida inspección ocular del lugar del suceso y se entrevistaron con varios testigos. De este modo lograron identificar a la víctima como Martin Conlon Bjerke, un turista no-ruego de 23 años que estaba de vacaciones en Mallorca con un grupo de amigos.

Todo apunta a que la víctima falleció de forma accidental. De acuerdo con las pesquisas de la Guardia Civil, el joven y sus acompañantes estuvieron toda la noche consumiendo bebidas alcohólicas. El grupo se encontraba en el edificio Apolo cuando, poco después de las cuatro de la madrugada, Martin Conlon decidió salir a una azotea a tomar el aire porque estaba ebrio y se sentía indispuesto. El turista se sentó en un pequeño muro y perdió el equilibrio, precipitándose al vacío. Los investigadores no han encontrado ningún indicio de criminalidad en los hechos y descartan la intervención de otras personas en lo ocurrido.

El consulado de Noruega en Palma se interesó por las circunstancias en las que se produjo el fallecimiento del joven. Los padres de la víctima fueron informados de los hechos y tenían previsto desplazarse en las próximas horas a Mallorca para realizar los trámites de repatriación del cuerpo.