Un jubilado septuagenario provocó ayer tarde una gran explosión en un contenedor de basura en el barrio palmesano de Pere Garau, donde reside. El hombre arrojó una bolsa de desechos con material pirotécnico y químico en el depósito metálico y, acto seguido, se produjo el estallido. La tapa del contenedor voló por los aires y fue a parar al balcón de un tercer piso. El gran estruendo hizo que los cristales de las viviendas más cercanas se rompieran e incluso le saltaron los airbags laterales a un coche que pasaba en aquel momento por la calle Pi i Maragall. El presunto responsable del suceso, conocido en el vecindario como Tomeu el carbonero, de 73 años, resultó herido en una mano y presentaba sordera y sangrado nasal. Una ambulancia lo evacuó al hospital de Son Espases. Otras dos personas tuvieron que acudir al centro de salud de Pere Garau por problemas auditivos tras el estallido.

La Policía Nacional, apoyada por la Policía Local de Palma, desalojó un bar de la calle Benet Pons i Fàbregues, a pocos metros del lugar de los hechos, como medida preventiva mientras registraba la casa del jubilado, en la que hallaron productos pirotécnicos y otros materiales almacenados en un trastero. La detonación causó una gran alarma entre los residentes, quienes recordaron que era la segunda vez que este vecino provocaba una explosión similar. "Hace diez años, su tienda salió volando. Casi tira la finca abajo", indicó una mujer. "Él era carbonero y pirotécnico. Haciendo experimentos casi saltamos todos por los aires", añadió. El estruendo de ayer se escuchó en varios puntos de la ciudad como el Polígono de Levante y La Soledad.

Amplio despliegue

El suceso obligó a desplegar un amplio dispositivo de seguridad. Policía Local de Palma, Policía Nacional, bomberos y servicios sanitarios acudieron de inmediato a la zona. Ayer al anochecer, los especialistas artificieros del grupo de los TEDAX, Policía Científica y el grupo de Información seguían con las pesquisas para tratar de averiguar qué sustancia había provocado el estallido. Podría tratarse de clorato potásico, un material con el que se elabora la cloratita, un potente explosivo.

Los hechos ocurrieron ayer a las tres y media de la tarde en un contenedor de basura situado frente al número 30 de la calle Pi i Maragall. Un vecino acababa de depositar una bolsa allí cuando se produjo un gran estruendo. La onda expansiva le alcanzó, le dejó herido y provocó daños en los cristales de los pisos más próximos. Los agentes precintaron el contenedor, completamente retorcido, y cortaron la calle. Luego, registraron la casa del supuesto responsable, en el número 3 de la calle Benet Pons i Fàbregues.