La fiscalía reclama penas que suman 50 años de prisión para un joven rumano acusado de violar en al menos tres ocasiones y prostituir a una adolescente de 15 en un club de alterne de Can Picafort a mediados de 2007. El sospechoso, de 26 años, con la ayuda de un compatriota que se encuentra en paradero desconocido, convenció a la menor para que viajara de Rumanía a la isla bajo la falsa promesa de un trabajo de cuidadora de niños o ancianos.

Tras captar a la víctima rumana en septiembre de 2007 y una vez esta llegó a Palma, el procesado supuestamente le retiró toda su documentación y la alojó junto a él en un domicilio situado en la calle Manacor, en la ciudad. Según el ministerio público, el imputado tenía completamente controlada a la menor. Le prohibía salir de casa durante más de diez minutos y tenía que darle su autorización para ir a la calle.

Precisamente, el joven se aprovechó de la situación de desamparo de la compatriota a la que obligó a ejercer la prostitución en un local de alterne en Can Picafort, según se desprende del escrito de acusación.

La acompañaba a diario

El hombre presuntamente acompañaba cada día a la adolescente al lugar en el que se realizaba la recogida de las mujeres para su desplazamiento al club. El supuesto proxeneta forzaba a la chica a trabajar en el establecimiento desde las nueve de la noche hasta las cinco y media de la madrugada todos los días de la semana. Además, le exigía el dinero que ganaba cada noche tras regresar al piso que ambos compartían. Incluso, llegó a golpearla si consideraba que había obtenido pocas ganancias, según el fiscal.

El procesado, que fue detenido en diciembre de 2007, también habría obligado a la perjudicada a mantener relaciones sexuales completas con él al menos tres veces. Según la versión de la acusación pública, el joven actuaba con intención de satisfacer su ánimo libidinoso y siempre antes de que ella se fuera a trabajar al club de alterne. Las violaciones supuestamente tenían lugar tras continuas agresiones físicas o advertencias de que iba a ser golpeada.

Como consecuencia de estos hechos, la menor sufrió un estado de temor y congoja derivada de la vivencia de una situación altamente estresante que le provocó posteriormente un malestar significativo. Finalmente, a finales del mes de noviembre de 2007, la adolescente rumana consiguió escapar de su captor.

El joven acusado, en el mes de noviembre de ese año y hasta su detención, asumió la identidad de su primo bajo la cual firmó un contrato laboral con una empresa para poder obtener así la tarjeta de afiliación a la Seguridad Social. El procesado actuó de esta manera al carecer de la documentación necesaria para trabajar regularmente en España.

El hombre está acusado inicialmente por parte del ministerio público de un delito de inducción a la prostitución, otros tres de agresión sexual con penetración y de usurpación de estado civil. Además de los 50 años de cárcel, el fiscal solicita la prohibición de aproximarse y comunicarse con la perjudicada durante 15 años por cada delito y una indemnización de 30.000 euros por los daños morales causados. El juicio está previsto que se celebre la próxima semana en la Audiencia de Palma.