El fraude en el que supuestamente participó el dominicano arrestado ahora en Palma permitió a los ´clientes´ de la organización ahorrarse mucho dinero en las llamadas internacionales. Según la acusación formulada por la fiscalía de Nueva York, la red tenía fijada una lista de precios que suponía descuentos de hasta el 70 por ciento en estas comunicaciones. Por ejemplo, cobraban una llamada a Cuba a 50 centavos el minuto cuando el coste fijado por la compañía telefónica era de 2,10 dólares. En el caso de Haití, el precio en el mercado negro era de 14 centavos frente al 1,96 dólares que facturaba la operadora. Con este sistema se efectuaron decenas de miles de llamadas cuyo coste afrontaban los propietarios de los teléfonos clonados, que encontraban en sus facturas llamadas a numerosos países que ellos no habían realizado. Nueve personas ya fueron condenadas en Estados unidos por facilitar información para la clonación.