­Un aparatoso incendio, de origen fortuito, provocó la pasada madrugada importantes daños materiales en una imagen religiosa de la ermita de Bonany, en la localidad de Petra. El fuego tuvo su origen en una vela que se dejó encendida a la hora de cerrar la ermita. La llama se extendió por la mesa de madera que se utilizaba como altar de la figura de Jesucristo en la cruz. El fuego destruyó por completo esta mesa, que ayer mismo fue retirada de la sala, y después se extendió por la cruz de madera que sustenta la imagen religiosa.

No se sabe muy bien a qué hora se pudo iniciar el incendio, pero se calcula que fue alrededor de medianoche. Fue un vecino que pasaba la noche en la hospedería el que se dio cuenta que estaba saliendo mucho humo del interior del templo. De pronto saltaron todas las alarmas. Al abrir la puerta se comprobó, que además del espeso humo, el fuego se estaba concentrando bajo la estatua religiosa.

Al margen de avisar de inmediato a los bomberos de Mallorca para que acudieran al lugar de los hechos, los testigos se encargaron,con los pocos medios que tenían, de sofocar las llamas. El fuego fue rápidamente controlado y sofocado y se evitó que las llamas pudieran alcanzar otras imágenes religiosa, o incluso los bancos de madera del templo, lo que hubiera ocasionado unos daños mucho más graves.

Cuando llegaron los bomberos el fuego ya estaba sofocado. Sin embargo, en la ermita apenas se podía entrar por el humo del incendio. Los bomberos se encargaron de ventilar el humo. La imagen dañada data de principios del año pasado. No está catalogada, por lo que su valor no es muy elevado. Podrá ser restaurada, puesto que el daño se concentra en la cruz de madera, que deberá ser sustituida.

Otros daños

El fuego también causó daños en un farol de madera que fue construido artesanalmente por el sacerdote Guillem Ribot, que durante años se encargó del mantenimiento de este templo religioso. Asimismo, las llamas también causaron desperfectos tanto en la pared como en el suelo.

Los encargados del mantenimiento de la ermita de Petra, que ayer estaban muy afectados por lo ocurrido, señalaron que cada noche, antes de cerrar la puerta de la iglesia, se encargan de apagar todas las velas, precisamente para que no pueda iniciarse un incendio. Sin embargo, reconocieron que no sabían si habían dejado alguna vela encendida, o alguien había entrado a última hora y encendió una de ellas.

Durante toda la mañana se tuvo que limpiar los restos de hollín que se extendieron por todo el templo. La misa que se celebra cada domingo en la ermita tuvo que suspenderse debido a la suciedad de los bancos de madera.