Una mujer, despechada con su novio porque la acababa de dejar, destrozó su propia casa con una hacha y amenazó al que hasta entonces era su pareja. Tras el suceso, ha sido detenida por un delito de daños.

Purificación S. P., de 51 años y nacida en Badajoz, vivía con su novio, un hombre de nacionalidad uruguaya de 56 años. Ambos residían en una casa alquilada a las afueras de Ciutat, en el barrio de Son Espanyol. El pasado sábado a mediodía el hombre llamó a la Policía Local de Palma porque tenía miedo.

Hacía unas horas que él le había dicho que no quería continuar con la relación sentimental. Y lo que pudo ser una ruptura plácida y adulta, se convirtió en un desagradable suceso con una detenida.

Según el relato del denunciante, la mujer cogió un hacha afilada que utilizaba para la cocina, con un mango de madera y una hoja metálica de quince centímetros. Con el arma blanca en la mano, comenzó a destrozar el interior de la casa, el mobiliario y los aparatos de valor que pertenecían a su exnovio.

El hombre -según su versión- se mostró espantado y le pidió a la mujer que parase. "¿¡Por qué has destrozado toda la casa!?", le preguntó. A lo él afirma que la mujer le replicó con más violencia: "Te voy a matar y voy a prender fuego a la casa".

Como un campo de batalla

Al llegar la policía, se encontraron al hombre en el exterior del inmueble, mientras que la mujer permanecía en el interior de la vivienda, que parecía un campo de batalla.

Los agentes pudieron comprobar que los daños causados eran numerosos. Había fracturas en una estufa de leña. Las puertas de un armario empotrado estaban descuartizadas y con marcas de los cortes.

En la habitación que compartían, la puerta estaba destrozada. También en otra estancia donde él guardaba sus pertenencias había un gran estropicio: un congelador tenía las puertas arrancadas de cuajo, el monitor del ordenador también presentaba daños, las aspas de un ventilador del techo estaban dobladas y también la tomó contra un reproductor de DVD. En el exterior de la casa había aparcado un barco, al que le arrancaron el timón y destrozaron el ordenador de a bordo.

Tras conocer que la vivienda era alquilada, la policía requirió al propietario del piso para evaluar los daños. El dueño de la casa confirmó que la mujer era la inquilina, que arrendó el piso con los muebles y que otras veces ya había causado percances en el lugar. El casero también alegó que en anteriores ocasiones habían discutido y le llegó a causar daños en su vehículo. Tras las averiguaciones, la policía Local requisó el hacha y la mujer fue detenida y enviada al calabozo de Sant Ferran.