La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Palma ha absuelto a cuatro policías locales y a cuatro particulares por una pelea ocurrida en un restaurante del mercado del Olivar de Palma en agosto de 2008 porque considera que todos ellos se vieron envueltos voluntariamente en una "batalla campal".

La sala considera probado que uno de los acusados denunció a dos policías por el trato que le habían dado a él y a su esposa al multarle por estar mal aparcado en la Plaza del Olivar.

Al día siguiente de la denuncia, los agentes se presentaron en el restaurante en el que trabajan los denunciantes con otras dos policías para identificarlos, situación que derivó en una discusión que terminó en trifulca entre las policías, los agentes denunciados, el matrimonio denunciante, su hija y un cliente del local.

Tras el aviso de una de las agentes, que activó una llamada de auxilio denominada "código rojo" que implica emergencia o peligro, unos 15 policías se personaron en el lugar del suceso. En total, siete de las ocho personas involucradas en el incidente resultaron heridas.

La Sección Primera considera que, según la versión que ofrece cada grupo de acusados, ninguno reconoce haber iniciado la agresión, todos culpan al contrario y se escudan en la legítima defensa.

Los jueces estiman que tanto los particulares como los policías relatan lo ocurrido "con la carga de subjetividad propia de quienes, en cierta medida, son parte perjudicada" y todos cuentan lo sucedido "de forma parcial e interesada".

Acusados y testigos coinciden solo en que hubo "una batalla campal" en la que todos se agredieron y fueron agredidos, y, tal como la sala ha destacado, el testimonio que merece más credibilidad es el de una testigo que afirmó en el juicio que hubo un momento en que "no se sabía quién pegaba a quién".

Aunque inicialmente eran ocho las personas acusadas, en el juicio se retiró la acusación contra una de las policías y una ciudadana.

El ministerio público pedía 8 meses de prisión para tres de los policías implicados por delitos contra la integridad moral, 4 meses para tres de los particulares por lesiones y diversas multas.

La acusación particular de los ciudadanos reclamaba un año y 9 meses de cárcel para los tres policías por atentado contra la integridad, allanamiento y lesiones. Los abogados de los policías pedían 3 años de prisión para los particulares por delitos de atentado a agentes de la autoridad y lesiones.

La Sección Primera los absuelve a todos y asegura que "todos los acusados, sin excepción, agredieron y a su vez fueron agredidos, en una pelea que todos aceptaron", por lo que sus manifestaciones autoexculpatorias "no son creíbles".

"Al proceder de esta manera resolvieron sus diferencias mediante su confrontación violenta y se colocaron consciente y deliberadamente extramuros del Derecho", señala la sentencia.

La sala considera que los hechos no son constitutivos de un delito de atentado contra la integridad moral como denunciaron los particulares porque ninguna de las acusaciones concretó que la actuación de los policías tuviera como fin humillar o vejar a la familia afectada y no existió una "especial degradación, menosprecio, vejación y humillación".

Los jueces también descartan el allanamiento porque los agentes no usaron violencia ni intimidación para acceder al local donde ocurrió la pelea.

La sala rechaza también la acusación de atentado contra agentes de la autoridad porque considera que la actuación de los tres policías implicados "fue irracional e impertinente". "Adoptaron una posición de superioridad que no les está permitida", señala el tribunal. Al extralimitarse, se descarta el atentado.

En cuanto a los supuestos delitos de lesiones, la sala considera que no ha quedado probado que fueran producidas por los forcejeos o por golpes concretos y en el caso de las faltas estarían prescritas.