Un hombre de 70 años fue juzgado ayer por abusar sexualmente de su empleada doméstica durante los cuatro meses que la mujer estuvo interna en su domicilio de Palma. El procesado, para quien la fiscalía y la acusación particular reclaman dos años de cárcel, negó la acusaciones, mientras la víctima ratificó que sufrió tocamientos y comentarios obscenos a diario por parte del septuagenario.

Los hechos se remontan a finales de 2012, cuando la denunciante entró a trabajar como empleada doméstica interna en el domicilio del acusado. La mujer, de origen guatemalteco, relató que se ocupaba de todo el trabajo doméstico y de cuidar a la esposa del hombre, que estaba enferma y no podía valerse por su misma. "Los tocamientos fueron graduales", explicó ayer la víctima en un juzgado de lo penal. "Al principio me decía que por las noches se despertaba y tenía la tentación de ir a mi cuarto. Yo le cortaba, le decía que no éramos amigos y que estaba ahí por cuestiones profesionales", relató. La mujer contó que tanto los tocamientos como los comentarios obscenos se sucedieron durante los cuatro meses que estuvo allí, en ocasiones cuándo ambos estaban atendiendo a la esposa del sospechoso. "Yo me sentía acorralada y amenazada. No tenía otro sitio donde vivir. Aquello era acoso laboral, sexual y emocional", aseguró la denunciante, que fue despedida cuando comentó a los hijos del hombre lo que estaba ocurriendo.

El acusado, por su parte, negó haber sometido a la víctima a abusos sexuales y afirmó que nunca compartió los trabajos domésticos con ella. "Cada uno iba por su lado", aseguró. También declaró una mujer que lleva seis años trabajando en el domicilio del hombre, quien afirmó que jamás ha sufrido abusos de este tipo.

La fiscalía y el letrado de la acusación particular solicitan dos años de prisión para el sospechoso por un delito continuado de abusos sexuales, mientras el abogado defensor reclama la absolución.