La Audiencia de Palma ha condenado a tres meses de prisión a dos ganaderos por vertidos de purines entre los años 1999 y 2002 en la granja de cerdos que ambos explotaban en Manacor. La sala les ha impuesto también una pena de multa y les ha inhabilitado para el ejercicio de la profesión de ganadero por un periodo de seis meses. Los imputados, que inicialmente se enfrentaban a una petición del pena de la fiscalía de seis años de cárcel, ayer se declararon responsables de un delito contra el medio ambiente.

El tribunal apreció la circunstancia atenuante de dilaciones indebidas, ya que el procedimiento estuvo paralizado por causas no imputables a los dos sospechosos durante cerca de cuatro años y aplicó el tipo penal básico vigente en 2002 que les es más beneficioso. Así, se suprimió el subtipo agravado, lo que explica la rebaja en la pena, al no haber clandestinidad en la actuación de los granjeros, ya que había conocimiento público de su actividad.

Los dos acusados explotaban una granja de cerdos desde 1971 hasta 2003 sin la licencia de apertura y funcionamiento y sin las medidas oportunas para el tratamiento de purines. Entre 1999 y 2002, los dos ganaderos produjeron vertidos de purines (excrementos de cerdo) que afectaron a fincas colindantes ya que las aguas de los pozos cercanos resultaron contaminadas y no aptas para el consumo humano por el elevado índice de nitrato que tenían.