Dos revisores del gas fueron juzgados ayer en Palma por robar a una anciana de 85 años en su domicilio de Son Sardina aprovechando que la mujer estaba sola en casa y que guardaba dinero en su habitación. Los dos trabajadores se presentaron en su vivienda en tres ocasiones en menos de cuatro meses, entre mayo y septiembre de 2011, con la excusa de supervisar la instalación del gas. En las dos últimas visitas lograron apoderarse de joyas y 420 euros, según confirmó ayer la víctima.

"Desde que me quitaron esas cosas ya no abro la puerta a nadie. A mi casa no viene nadie, yo vivo sola", destacó la perjudicada, que acudió a la vista oral andando con un bastón y tuvo que declarar sentada en un banco debido a su avanzada edad. La mujer reconoció a los dos sospechosos sin dudar. "Sí, son estos dos", indicó.

Por su parte, los dos acusados negaron haber sustraído algún efecto a la moradora, si bien uno de ellos admitió que el pasado 6 de mayo de 2011 hicieron una revisión en su casa. "Yo estuve con la señora en el comedor rellenando la factura. Mi compañero estaba en la cocina revisando los fogones. Yo cobré a la señora. Ella entró y salió de una habitación con un bolso. Llevaba el dinero en la mano para pagar. No vi ningún sobre con muchos billetes ni que sacara el dinero de un cajón", precisó uno de los imputados, quien rechazó haber regresado al domicilio en otras dos ocasiones posteriores.

El fiscal reclamó ayer para cada uno de los presuntos ladrones una pena de un año de prisión por un delito de hurto, una multa por una falta de hurto y una indemnización de 820 euros. Según el ministerio público, ambos se aprovecharon de que la anciana vivía sola y tenía dinero en casa. Mientras, los abogados defensores pidieron la absolución de sus representados, uno de los cuales está en prisión provisional por otro hecho, al argumentar que hay cosas que no encajan en este caso y que la denuncia de la víctima es inverosímil.

La anciana de 85 años recordó que, en la primera visita, los instaladores le cobraron 146 euros por cambiarle la llave del gas. Según su versión, uno de ellos la vio de dónde cogía el dinero. Siete días después, el 13 de mayo, ambos regresaron con la excusa de examinar cómo había quedado la instalación. En esa ocasión le sustrajeron 400 euros que guardaba en la mesita de su habitación, según indicó. La tercera visita fue el 8 de septiembre cuando se apoderaron de dos sortijas con brillantes y otros 20 euros que guardaba en su cartera encima de la cómoda, según manifestó la perjudicada.