­Dos aviones estuvieron a punto de colisionar ayer cuando sobrevolaban Eivissa. La pericia del comandante de una de las aeronaves, que se dirigía a Palma, evitó el choque después de hacer una maniobra desesperada para descender 1.000 metros de golpe.

El incidente ocurrió minutos después de las seis de la tarde. Un avión de la compañía Air Nostrum había despegado de Valencia, en el vuelo IB8634, y se dirigía a la capital balear.

La hora de despegue del avión estaba señalada a las 17.35. No obstante la maniobra se hizo con unos 20 minutos de retraso aproximadamente.

Cuando la aeronave se encontraba a la altura de Eivissa, el comandante se percató de que otro avión ascendía directo hacia la posición en la que se encontraba y estaba a punto de embestirle.

A partir de este instante, el comandante optó por hacer una maniobra de emergencia para evitar el impacto inminente. El avión descendió 1.000 metros en caída libre.

"Los vasos con las bebidas se quedaron pegados al techo. Era una caída como la de una montaña rusa", describió una pasajera del vuelo de Air Nostrum.

Hasta ese instante, los pasajeros sospecharon que podían haberse encontrado con turbulencias. Ninguno pensaba que, en realidad, habían estado a punto de sufrir una colisión con otro avión.

El mismo comandante sacó de dudas a los pasajeros. Cuando estaban a punto de tomar tierra, el piloto se excusó con los pasajeros por la brusca maniobra y les explicó por qué la había tenido que adoptar. Fue correspondido con una estruendosa ovación por el pasaje.

Al tomar tierra, el comandante salió de la cabina y se despidió de los pasajeros. Muchos de ellos le expresaron a la cara su infinito agradecimiento por su pericia, gracias a ello se abortó ´in extremis´ el accidente aéreo.