­Un joven fue juzgado ayer en Palma por inducir a su novia menor de edad a marcharse de casa en Eivissa y reunirse con él en Mallorca, donde estuvieron conviviendo tres días, pese a la oposición de la madre de ella. El acusado se acogió a su derecho a no declarar en la vista oral y no compareció ningún testigo, por lo que no hubo ningún tipo de prueba.

La fiscalía pidió un año de prisión para el muchacho por un delito de inducción de abandono de menor del domicilio familiar. Por su parte, el letrado de la defensa reclamó su libre absolución ya que no se practicó ninguna prueba en el plenario contra su cliente. Los hechos se remontan a principios de diciembre de 2011, cuando el joven supuestamente pagó el billete de avión a la menor. Ambos residieron en casa de él, en s´Arenal. En aquellas fechas, la menor contaba 14 años y estaba casada por el rito gitano con el muchacho, que tenía 20.