Los residuos de lejía en un depósito de un metro cúbico provocaron una reacción química al mezclarse con mil litros de agua oxigenada. El líquido entró en ebullición y 300 litros se vertieron. Los Bombers de Palma tuvieron que desalojar ayer a los diez empleados de una lavandería de Son Castelló mientras se hacían cargo del vertido.

Los hechos ocurrieron sobre las ocho de la mañana de ayer. Los empleados de una lavandería situada en el número tres de la calle Gremi Forners del polígono Son Castelló, ubicada frente al polideportivo Príncipes de España, se toparon cómo los 1.000 litros de agua oxigenada arrojados en un depósito se encontraban en ebullición. Un total de 300 litros se habían desbordado.

Varias dotaciones de los Bombers de Palma se desplazaron hasta el lugar para hacerse cargo de la situación. Como medida de precaución, ordenaron el desalojo de los diez empleados que se encontraban trabajando en el establecimiento.

El origen del incidente se remontaba a la noche anterior. Los empleados arrojaron mil litros de agua oxigenada en un depósito de un metro cúbico. Al parecer, en el interior había restos de hidróxido de sodio, un componente de la lejía, o de ácido acético. La cantidad de producto restante no superaba el litro. Lo suficiente como para provocar una espectacular reacción química.

Desde un primer momento, los bomberos constataron que el vertido no era de especial peligrosidad. A modo de barrera de contención, arrojaron arena para que absorbiera el líquido derramado. También le añadieron más agua para rebajar su pureza. Luego recogieron la arena arrojada.

Sobre las nueve de la mañana, tras constatar que no había peligro, las dotaciones de bomberos desplazadas hasta el lugar regresaron al parque. Los empleados de la lavandería regresaron al trabajo.