El juez de guardia dejó ayer en libertad a Ignacio G.H., el vecino de Andratx acusado de provocar con su imprudencia el mayor incendio forestal de la historia de Balears. El hombre, de 44 años y que según sus allegados "padece una enfermedad mental y está incapacitado", reconoció en su declaración que arrojó las brasas de una barbacoa del día anterior en la finca donde comenzó el fuego. La fiscalía solicitó su ingreso en prisión sin fianza al apreciar riesgo de fuga, cuestión que el magistrado no consideró pese a que le retiró el pasaporte y le obligó a presentarse una vez por semana en el juzgado.

El sospechoso afirmó ante el juez de guardia que está "muy arrepentido" por lo ocurrido. Según su relato, el pasado viernes a mediodía cogió una carretilla en la que habían depositado las brasas de una torrada de la noche anterior y las arrojó en una parcela de la zona de sa Coma Calenta, en Andratx. El hombre sostuvo que en cuanto vio que habían prendido y que el monte empezaba a arder, intentó sofocar las llamas con la ayuda de unos vecinos, pero no lo consiguieron. Rápidamente, alertaron al 112.

Ignacio G.H. fue sometido a un reconocimiento por parte del médico forense a petición de su letrado, Joan Sastre. El abogado aseguró que el hombre "padece un trastorno depresivo, no es cabal del todo y está incapacitado". Además, achacó lo ocurrido a "la mala suerte" y aseguró que su cliente "no para de llorar porque le sabe muy mal lo sucedido".

Tras la declaración del acusado, la fiscal Rosario García solicitó su ingreso en prisión preventiva sin fianza al entender que existe riesgo de fuga. El juez decano de Palma, Francisco Martínez Espinosa, que ayer estaba al frente del juzgado de guardia, no apreció tal riesgo y le dejó en libertad. Sin embargo, le retiró el pasaporte y le conminó a presentarse una vez por semana en sede judicial.

El hombre, que está acusado de un delito de incendio forestal por imprudencia, abandonó Vía Alemania hacia las diez de la noche en compañía de dos familiares que acudieron a recogerlo. Una de las allegadas, visiblemente alterada, la emprendió a golpes de paraguas contra la decena de periodistas, cámaras y fotógrafos que aguardaban la salida del sospechoso. "Se han contado muchas mentiras desde el primer momento. Estamos hablando de una persona que no está bien, que padece una enfermedad mental reconocida y está incapacitado. Que cumpla la condena que tenga que cumplir, pero preguntad también a los políticos por qué estaba cerrado el parque de bomberos de Andratx o por qué al principio solo había un helicóptero trabajando en el incendio", clamó una hermana del acusado.