El perro Elton solo necesitó unos segundos para descubrir que el chalé de Andreu Coll, el empresario asesinado por su hijo y un amigo de este en Alaró, era la escena del crimen. Este pastor belga malinois de siete años, perteneciente al Servicio Cinológico de la Guardia Civil y especializado en la detección de restos biológicos, marcó durante los registros practicados en la vivienda numerosos puntos en los que luego se encontraron manchas de sangre, pese a que los asesinos se habían esmerado en limpiar la escena. Muchas eran invisibles a simple vista, pero ahí estaban. La intervención de Elton, con un brillante historial en la resolución de asesinatos, resultó clave para dar el empujón definitivo a las pesquisas sobre la muerte de Coll.

El animal, con base en Madrid y que acude a cualquier punto de España en el que se precise su olfato, recorrió toda la vivienda los días 10 y 11 de julio en busca de pruebas. No tardó en encontrar manchas de sangre por toda la vivienda, evidenciando que el empresario había sido asesinado allí y desmontando la versión inicial de los acusados, que en sus primeras declaraciones habían asegurado que estaban en casa la noche del crimen y no oyeron ni vieron nada extraño.

Elton encontró rápidamente varios restos en el lugar donde comenzó el ataque a Andreu Coll recibió, la habitación de su hijo. El perro marcó el suelo y la cama, en la que había un edredón con una mancha, posiblemente una salpicadura del primer golpe en la cabeza que recibió la víctima. Cerca de allí, también en la planta superior del chalé, el perro detectó sangre en un radiador del pasillo y en el marco del cuarto de baño, donde según declararon después los acusados se ducharon tras el crimen. Elton encontró allí una toalla con una mancha, que fue intervenida y será también analizada en el laboratorio, y marcó uno de los dos lavabos.

El perro también exhibió sus dotes en el comedor del chalé, situado en la planta inferior y donde los agentes de la Guardia Civil detectaron multitud de manchas en las paredes, sillas, un deshumidificador, un cuadro y una vitrina, que el animal señaló como restos biológicos humanos. En esa estancia, según confesaron luego los dos detenidos, remataron a Andreu Coll tras una cruel persecución escaleras abajo. El can también mostró interés en la puerta del garaje del chalé en cuanto se acercó a ella. Dentro del aparcamiento, el perro señaló un rincón en el que había una caja y varias herramientas, así como una fregona y una mancha en el suelo, de las que los agentes recogieron muestras.

La intervención de Elton resultó decisiva para acorralar a los dos jóvenes, de los que la Guardia Civil sospechaba desde el primer día. Ambos fueron detenidos horas después de que el perro indicara que el chalé del empresario era la escena del crimen y confesaron. Los hechos habían ocurrido en los lugares de la casa que el animal había detectado.

El de Alaró no es ni mucho menos el primer caso en el que Elton resulta clave. Desde al año 2007, cuando la Guardia Civil lo adquirió en Bélgica y lo adiestró para la búsqueda de restos biológicos, ha participado en decenas de investigaciones sobre homicidios, conduciendo a la detención de los autores. También ha localizado restos humanos tras explosiones o accidentes aéreos.